El futbolista Fabrice Muamba estuvo muerto durante 78 minutos en la cancha del Tottenham Hotspur ante el estupor de los hinchas que no se movían de las graderías. La lucha a brazo partido de los médicos de ambos clubes y de los de la ambulancia lograron estabilizarlo para que un hospital especializado haga el resto: salvarle la vida.
Ocho años pasaron del iniciente. El congoleño nacionalizado inglés no lo olvida y su agradecimiento a los médicos es infinito. Por aquellos tiempos defendía los colores del Bolton Wanderers, su último equipo, porque ese incidente lo obligó a colgar los botines a los 24 años de edad.
«¡Estuve muerto por 78 minutos, pero los doctores me salvaron!», dijo enfáticamente Muamba y expresó: «Ahora debemos salvarlos nosotros».
El futbolista jugaba por la FA Cup ante los «Spurs» cuando de pronto, ese día de marzo de 2012, cayó desplomado en el campo de juego víctima de un paro cardíaco. Allí el cuerpo médico de Bolton pidió ayuda a la ambulancia que contaba con resucitador, pero la terquedad del médico del equipo local, Andrew Deaner, que pidió que sea atendido ahí mismo en el campo de juego fue trascendental. Gracias a eso pudieron estabilizarlo para seguir la puja dentro de la ambulancia de alta complejidad y seguirla en el hospital especializado en cardiología.
El público no se quería ir del estadio. Eran 30 mil del rival Tottenham y 5 mil de su equipo. Todos estaban en silencio rogando a Dios por su salvación, sabiendo que el partido había sido suspendido. Cuando anunciaron que estaba bajo control llovieron los aplausos y ovaciones. Luego todos marcharon a casa.
El doctor Deaner lo fue a visitar 30 días después de haberle salvado la vida. Muamba seguía internado y sedado, pero logró reconocerlo. Le agradeció.
«Aplaudir, es una gran señal de nuestro agradecimiento», dice el ex futbolista que ahora tiene 32 años y es padre de tres chicos: Joshua, 11, Matthew, seis y Gabriel, tres, con su esposa, Shauna.
Indignado expresó que en estos momentos de Covid-19 «hablaban de recortar sus fondos. Necesitan más dinero. Precisan aumentos salariales», enfatizó.
«Cuando has estado en el hospital, te das cuenta. Pude ver cuánto trabajaban estos médicos y enfermeras, cuánto querían cuidar a sus pacientes».
«Ese día en ese estadio resultó ser la última vez que jugué fútbol profesional. Pero ellos me salvaron».
«En este momento, están trabajando por encima y más allá. El total de muertes es asombroso, pero hay que imaginar la cantidad de médicos y enfermeras en los hospitales que mantienen a las personas seguras», aseveró.
Remarcó la muerte de enfermeras por causa de la pandemia y rememoró que cuando estuvo internado «tenía a alguien en mi habitación, todo el día, todos los días. En el momento que sale del hospital se pregunta qué está haciendo el Gobierno para ayudar a estas personas. Los estamos aplaudiendo pero necesitan verlo financieramente».
COVID-19 es el mayor desafío que el sistema de saludo británico ha enfrentado en su historia. Durante el encierro, Muamba se ha quedado en casa, disfrutando de su familia.
Nacido en la República Democrática de Congo, hijo de un refugiado que fue perseguido por cuestiones políticas y que encontró en Inglaterra el asilo que le salvó la vida a él y a su familia, ahora brega para que el gobierno aumente el presupuesto a la salud.
De paso, ayuda al sistema de salud «NHS» jugando un torneo de FIFA 20, donde lo recaudado va para la medicina.
Fuente: DailyMail y Redacción.
@lostribuneros