Brasil recibió su segunda gran ofensa de su historia y sumó otra mancha más imposible de borrar, al caer por 7-1 ante Alemania en el Mineirâo por semifinales. La canarinha se fue de su propio mundial de la peor forma.
El juego comenzó con un Brasil que entró al campo arengado por su público y con un esquema ofensivo por parte de Scolari, para destrozar a los teutones, en un Mineirâo que explotaba.
Brasil arrancó presionando a los germanos en su propio campo y no les dejaba proponer, como están acostumbrados, y con los volantes y laterales arrinconaron a los europeos, pero claro, esto duró sólo 3’; Alemania recuperó la pelota, ajustó las marcas, y comenzó a generar peligro.
A los 11’ hubo un córner para los germanos, Müller recibió una pelota sólo en el área y puso el 1-0 que enardeció a la hinchada brasileña, quienes comenzaron a alentar para que empaten.
La canarinha, un gol abajo, se vio obligado a ir a buscar el resultado, mientras que los alemanes, serenos, seguían con su postura.
Alemania tocaba de aquí para allá, generaba espacios y trataba de jugar con la necesidad ajena, solo que tanto toque mareó a los brasileños porque a los 23’ Miroslav Klose ponía el desconcertante 2-0, y le rompía el récord de goles en copas del mundo a Ronaldo, pero esto no quedaba por ahí, ya que los teutones fueron una máquina de meter goles, porque Kroos a los 24’ y 26’ anotaba el 4-0, dejando perplejo al mundo entero, solo que cuando uno trataba de componerse, y comprender que pasaba, Khedira marcaba a los 28’ el quinto.
Los germanos tocaban, se desmarcaban y anotaban con una facilidad increíble, jamás vista en la rica historia del fútbol brasileño.
Tras el histórico 5-0 en solo 28’, los alemanes tocaban para los costados, haciendo que el tiempo corra y que los locales “descansen” un poco.
El segundo tiempo arrancó con un Brasil que arrancó acosando, no les quedaba otra, que al menos, frenar la producción alemana. El arquero Neuer sacó tres pelotas de gol, y parecía que Brasil, lleno de vergüenza iba a descontar, pero los alemanes se hartaron de verlos hacer ruido, y pisaron el acelerador; el recién ingresado Schürrle no perdonó un doblete a los 69’ y 79’.
7-0 arriba, los alemanes se divirtieron tocando para todos lados, oyendo el aplauso de los brasileños, quienes con mucha dignidad aceptaron la humillación.
La goleada histórica que rompe el récord establecido por Uruguay, quien en 1920 había superado por 6-0 sobre la canarinha.
Alemania va a la final y pobre del rival que le toque.
@lostribuneros