Terrible lo vivido en Anfield. Liverpool logró una goleada histórica sobre Barcelona y los eliminó de la manera más dolorosa; 4-0 terminaron y son finalistas de la UEFA Champions League.
Tremendo. Indescriptible. De no creer. No hay palabras para describir lo sucedido en Anfield. Barcelona debía anotar un gol para tirarle los ñoquis al piso al Liverpool y asegurarse un lugar en la final de la Champions. No estaban Salah y Firmino.
En la teoría el equipo de Ernesto Valverde tenía que hacer un esfuerzo, jugar con el miedo y la depresión del rival, pero no tuvo en cuenta que su colega Jurgen Klopp trabajó el partido.
Valverde no innovó y jugó con las mismas cartas mostradas durante la ida, entonces ahí el conjunto Rojo sacó réditos y no se dejó sorprender aunque la calidad de los jugadores de Barcelona obligaban y Alisson cumplió con creces.
Barcelona no tuvo picardía, dio la sensación de que subestimó al adversario y eso se vio durante el juego; seis minutos nada más iban cuando Liverpool generó su primer ataque a fondo, espacio encontrado despeje de Ter Stegen a medias y gol de Origi.
El gol de Liverpool despertó a un aletargado Barcelona y éstos comenzaron a empujar. Los ingleses le daban los espacios y Messi encontraba terreno para moverse, pero no era más que una trampa porque estaban bien parados y dejaban a la «Pulga» moverse hasta cierto punto.
Hubo marcaciones celosas y mucha atención en el fondo de Liverpool, especialmente de los «cueveros» van Dijk y Job Matip. Alisson, el arquero, tuvo un capítulo aparte durante el partido porque sacó pelotas increíbles y eso desmoralizó a Messi, Suárez y su banda.
Iban 53′ cuando una pelota mal jugada, corrida por la banda derecha, centro y entrada frontal con remate de primera que acabó en gol de Wijnaldum.
El segundo gol desconcertaba al Barcelona, pero el tercero, llegado apenas dos minutos después de Wijnaldum de cabeza, tras una serie de toques que arrancó afuera del área.
Valverde desesperó y mandó a Nélson Semedo por Philippe Coutinho y Arthur reemplazó a Arturo Vidal, pero nada. Seguían durmiendo.
Era tal la ingenuidad de Barcelona que Liverpool iba a tirar un córner, en verdad amagaron cambiar de rematador y le pusieron la pelota al belga Origi que solitario pateó y la puso en un ángulo. Faltaban 11′ y si Barcelona reaccionaba y lograba achicar uno y si lograba un segundo arriba todo, pero no fue así, los rojos estuvieron más cerca del sexto que del quinto.
Nuevamente Liverpool jugará la final de la Champions League y ahora espera al vencedor de Ajax ante Tottenham Hotspur este miércoles.
@lostribuneros