¡Atención, mundo! El todopoderoso Liverpool FC, ese equipo que en la era Klopp parecía capaz de doblegar hasta las leyes de la física, acaba de confirmar su nueva identidad: el hazmerreir de la Premier League. La Liverpool crisis Premier League alcanza su punto más bajo con la derrota 3-2 ante el Brentford, por la módica suma de cuarta caída consecutiva en liga, ha cimentado la crisis de la transición post-Klopp, ahora rebautizada como la era «Slot Machine».
Con 500 millones de libras invertidos en el verano, uno esperaría ver una maquinaria bien aceitada. En cambio, lo que se ve es a los Reds jugando a un «baloncesto» frenético y sin defensa, como bien apuntó el exjugador Jamie Carragher, en lugar de al fútbol. Dominan la posesión (un estéril 63%), pero les marcan de cualquier cosa: un gol a los cuatro minutos, otro justo antes del descanso (que ya es mala suerte) y un penal a la hora de juego. El maquillaje llegó tarde con un gol de Salah al minuto 89.
El principal señalado, por supuesto, es Arne Slot. El neerlandés está en un dilema existencial: ¿ser el modernizador vertical que el club cree necesitar o el imitador de Klopp que los hinchas exigen? El resultado de este experimento es un mediocampo desestructurado, centrales expuestos y una presión alta que ahora es más errática que el GPS de un turista. La cereza del postre: su «madurez» al culpar a rivales o a factores externos («el balón largo» del United) en lugar de asumir que, tal vez, su sistema defensivo sea menos sólido que un castillo de naipes.
Mientras tanto, la enfermería de Anfield parece un hospital de campaña. El portero Alisson fuera «por un tiempo prolongado» ha convertido la defensa en un circo, y la ausencia de los flamantes fichajes como Gravenberch e Isak no hace más que confirmar que el dinero no compra la química.
En el banquillo, la leyenda Mohamed Salah vive su peor inicio goleador desde 2017. Slot lo defendió diciendo que «todo futbolista vive malos momentos». Pero claro, en el Liverpool actual, esos «malos momentos» se han vuelto la norma.
Con dos partidos clave a la vista (Copa de la Liga y Aston Villa) y la prensa internacional catalogando esto como «la peor crisis desde la era pre-Klopp», el futuro de Slot depende de un milagro táctico inmediato. Esta Liverpool crisis Premier League confirma que el campeón de la intensidad se ha convertido en «el rey de las excusas», condenado a ver la cima de la Premier League desde la cómoda pero humillante sexta posición. ¡Qué tiempos aquellos en los que Anfield imponía respeto! Ahora parece que solo impone… ¡nostalgia!