La peor crisis del Liverpool, ese club de «tradición y grandeza», ya tiene banda sonora: el coro de risas en X (Twitter). Cuatro derrotas consecutivas en Premier League. ¡Cuatro! Algo que, en un club que gasta 500 millones, es catalogado no como «mala racha», sino como un nuevo deporte.
Los usuarios de la red social, con esa creatividad maligna que los caracteriza, han rebautizado al equipo de Anfield con el ingenioso y poco original, pero efectivo, mote de “Loserpool”. Y es que el equipo de Arne Slot se ha convertido en el faro de la Premier, el ejemplo a seguir… si tu objetivo es ser el único de los grandes en lograr esta hazaña de la derrota continuada.
El último capítulo de esta tragicomedia, el 3-2 ante el Brentford, tiene un detalle que en redes es más jugoso que un penalti: el partido se extendió hasta los ¡102 minutos! Diez minutos extra, un tiempo suplementario que, en lugar de servir para que el ‘poderoso’ Liverpool empatara, solo sirvió para añadirle más sal a la herida. La gente en redes ya ironiza con que ni con el árbitro dándoles un cuarto de hora de regalo logran ganar. Las sospechas sobre el «favoritismo» arbitral, que solían ser un arma, ahora son una burla: «¿Ven? ¡Ni ayudándoles ganan!».
El ambiente no es de crítica, es de franca y abierta celebración del fracaso ajeno. «¡Al menos somos únicos!», bromean (otros equipos). El Liverpool se ha ganado a pulso el título de ser el equipo más fiable para los apostadores que eligen la derrota. Ahora, el club está bajo la presión de «recuperar la confianza de sus aficionados y silenciar las críticas». Tarea difícil, pues no hay dinero, talento, ni tiempo de descuento que pueda callar la risa de Twitter.
Si Slot no endereza el rumbo pronto, el apodo «Loserpool» podría dejar de ser un chiste de redes para convertirse en la etiqueta oficial en la próxima Wikipedia de la vergüenza.
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