Llovía en el estadio pero a quien le importaba; los zorros recibían al Everton por la jornada 37 de la Premier y tampoco el importó a nadie: todos querían levantar la copa.
Se venía abajo el King Power Stadium y no era para menos; Leicester se había coronado campeón de la Premier League el lunes gracias al empate de su escolta Tottenham algo que generó una suerte de revolución en la ciudad. Durante toda la semana su afición se salió de vaina por verlo este sábado.
El tiempo fue tirano con la gente del conjunto de Leicestershire por que el fin de semana se hacía rogar y que se preparaba para la fiesta. El precio de las entradas se fue a las nubes por que hubo simpatizantes que pagaron cualquier dinero por un boleto.
Finalmente el sábado llegó y la fiesta comenzó mucho antes que el equipo de Ranieri cumpla simplemente con el calendario ante el Everton de Liverpool.
Hubo una ceremonia emotiva y hasta un número musical del compatriota del entrenador Andrea Bocelli. Luego, se puso a girar la pelota.
Una lluvia pertinaz cayó sobre el recinto deportivo pero fue incapaz de apagar la llama que allí dentro había; 3-1 ganaron gracias al sello de Vardy, 5′, King 33′ y de penal, nuevamente Vardy a los 65′.
Justamente, hablando de Vardy, el goleador se marchó del jugo con un doblete que bien pudo haber sido un triplete, pero malogró el tiro penal que tuvo a los 72′.
Suman 80 puntos en la tabla, diez más que los spurs que el domingo encaran en casa al Southampton.
@lostribuneros