Federico Sturzenegger, el hombre fuerte de la desregulación libertaria, fue eyectado del padrón de socios de Gimnasia y Esgrima La Plata días antes de las elecciones presidenciales por una deuda de $105.000, una movida estatutaria que resonó como castigo político a su prédica privatizadora y su coqueteo con el clásico rival.
Gimnasia y Esgrima La Plata dio de baja a Federico Sturzenegger como socio por adeudar el equivalente a cuatro meses de cuotas, una cifra que sumaba $105.000, dejándolo automáticamente excluido del padrón electoral. Esta purga administrativa, notificada justo antes de los comicios del sábado 29 de noviembre, impidió que el actual ministro de Desregulación de Javier Milei pudiera ejercer su derecho a voto, en un club que lo miraba con cada vez más desconfianza.
🤬 La Deuda y el Estatuto como Arma de Escrache
La dirigencia del «Lobo» aplicó el estatuto a rajatabla, que en su letra considera la mora prolongada como una renuncia tácita a la condición de socio. Más allá del frío tecnicismo de la deuda, el movimiento se leyó como un ajuste de cuentas en el contexto de las feroces tensiones internas que generó el economista en el club de sus amores. El timing de la notificación, a días de las urnas, no fue casual.
La bronca de la masa societaria era palpable y no se limitaba a una cuota impaga: el ministro es un defensor acérrimo de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), una idea que la hinchada tripera rechaza de plano. Sus declaraciones sobre la necesidad de privatizar para atraer capitales, sumadas a su insólita muestra de apoyo al archirrival Estudiantes de La Plata, fueron la mecha que encendió la hoguera de la ira.
🗳️ El Ruido Político que No Cambió la Marea Electoral
A pesar de ser un hincha declarado de Gimnasia y de apoyar públicamente a la lista Usina Tripera de Carlos Anacleto, la baja de Sturzenegger por moroso generó un fuerte ruido político que no llegó a desestabilizar al sector. Finalmente, Anacleto arrasó en las elecciones con el 74% de los votos (5.739 sufragios), sucediendo a Mariano Cowen por un periodo de tres años.
La controversia sobre el ministro y sus ideas privatizadoras —un veneno para la idiosincrasia de los clubes argentinos— quedó opacada por el triunfo abrumador de la lista apoyada, que superó por paliza a competidores como Daniel Onofri. Los comicios, que se realizaron con un récord de participación de más de 7.700 votantes de un padrón de 15.586 socios habilitados, sentaron a Anacleto en el sillón presidencial con un mandato claro: el club sigue siendo de los socios.
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