75 minutos de juego iban y Peñarol estaba para golear a un Rentistas que no pasaba el mediocampo en el complemento; una dormida y otra picardía dejaron todo 2-2, que bien pudo haber sido peor. Fue por la jornada 7 del Apertura.
La mente participa del fútbol. Además de correr bien, de tener habilidad y talento, hay que tener moral. Así sucedió en la cancha del Campeón del Siglo de Montevideo.
El popular Peñarol venía de hacer un papelón de la ciudad de Maldonado al perder ante el equipo de homónimo nombre. Inesperado resultado ante un equipo recién ascendido que hasta ese momento no había ganado por el Apertura.
Entonces para esta jornada 7 el entrenador Diego Forlán cambió de nombres y de dibujo táctico. De yapa eran locales ante un equipo que arrancó antes de la pandemia como conjunto arrollador, pero al retornar la actividad meses después, ya no era el mismo.
En la primera parte los peñaroles se mostraban superiores. Se pusieron arriba en el marcador gracias tempranero gol del lateral Giovanni González.
A partir de ahí las cosas se pusieron cómodas para los carboneros. Rentistas debió adelantarse, apostó a tratar de quitarles la pelota y lo logró de a ratos. Por otra parte los locales estuvieron para aumentar.
Con un mediocampo liderado por el «Mota» Gargano, que volvía a jugar tras largo tiempo, se movía bien con las sociedades compuestas por Trindade y Vadocz.
Britos no recibía balones, el pibe Torres hizo lo que pudo, mientras que Terans se mostraba movedizo.
Con el correr del complemento el mirasol se fue diluyendo. El prolijo «Renta» les puso la pelota contra el piso, presionó, ganó las espaldas de los volantes y por poco no lo igualó; dos goles errados y al descanso.
Rentistas tenía nada más que a un tal Falcón como figura. El futbolista se hacía respetar y contagiaba a sus compañeros. Pero, Peñarol en el complemento les pasó por encima. Se adelantaron en le cancha, ajustaron las líneas y el «Renta» no pasaba la mitad de la cancha.
La superioridad peñarolense fue capitalizada por un espectacular golazo de Terans, hombre que le pegó desde afuera del área, lejos, y la puso de zurda en un ángulo dejando las cosas 2-0.
Peñarol estaba más cercano del quinto gol que del tercero. Bailaba al Colorado del Cerrito, y la goleada era inminente. Se movía muy bien en conjunto, se relevaban bien, el Renta no salía.
Terans tuvo otra chance de 25 metros, pero la pelota, caprichosamente, se fue por poco, acariciando el palo.
Forlán vio a un Gargano extenuado y lo quitó de la cancha. Mal negocio porque esto generó un hueco aprovechado por un Rentistas que estaba destrozado.
Faltaban 25′ para el cierre. Estaban 2-0 y daba la sensación que todo pintaba para que los locales se lleven los tres puntos. Sin embargo, en una jugada aislada, de cabeza, descontó por medio de Cristian Olivera.
El gol del Renta fue de locos. Los jugadores de Peñarol entraron directamente en pánico. El desconcierto afectó al popular equipo. Este mirasol perdió el timón.
Era tal el desconcierto que apenas tres minutos después, el recién ingresado Acosta se mandó un piscinazo en el área, el referí compró y cobró penal. Maximiliano Lemos puso el 2-2 y listo.
Faltaban 12′ y fue Rentistas el que mostró quien manda. Con mucha garra, buen juego, los del Cerrito por poco no lo dan vuelta.
Ahora piden la cabeza de Diego Forlán, pero los problemas en la cabeza lo tienen los jugadores.
Rentistas lidera con 13 puntos, mientras que los Peña se clavaron en los 9 puntos, quedando a mitad de tabla.
@lostribuneros