La hipocresía del gol: Noruega, el fútbol y el ‘Lavado’ de conciencia con fondos de guerra

La pelota rodó en Oslo. Y con ella, rodó también la dignidad. Lo que hemos presenciado entre Noruega e Israel no es un acto de solidaridad, sino una farsa con tintes de $marketing$ político, donde la Federación Noruega de Fútbol (NFF) ha intentado bailar la $samba$ de la protesta sin pisar los callos de la FIFA o la UEFA.

El titular es claro: Noruega no eliminó a Israel. ¡Qué valientes! Noruega, la nación que se ha erigido en el púlpito moral de Europa, se contenta con un gesto tan tibio como inútil. ¿Impedir la participación de Israel, miembro pleno de los organismos rectores del fútbol? ¡Ni pensarlo! Eso sí sería tomar una postura, arriesgarse a una sanción y joder el statu quo.

En lugar de coraje, eligieron la comodidad. El «gesto político relevante» fue donar la taquilla a Gaza. ¡La taquilla! Es decir, jugamos el partido, legitimamos la participación de Israel en la competencia y, de paso, nos ponemos una aureola de santidad $post-facto$. Es el equivalente moral a contaminar un río y luego donar un dólar para limpiarlo. ¡Hipocresía en estado puro!

La donación a Médicos Sin Fronteras en Gaza no es más que un intento de «lavado de conciencia» con el dinero que generó el espectáculo al que se opusieron moralmente. Es como si la NFF dijera: «Miren, el partido es inevitable, la geopolítica nos obliga, pero al menos el hedor de esta complicidad lo neutralizamos con un poco de caridad». ¿Es que la tragedia de Gaza se soluciona con el precio de las entradas de un partido intrascendente?

Lo más irritante es la doble moral de la presidenta de la NFF, Lise Klaveness. Pide sanciones y la suspensión de Israel ante la UEFA, lo que sería un acto de verdadera firmeza, pero al mismo tiempo «descartó impulsar un boicot directo al partido». Es decir, pide a la UEFA que haga el trabajo sucio mientras ellos se dan golpes de pecho en casa. Quieren la victoria moral sin el costo deportivo o económico.

La postura de Noruega es una lección de $maquiavelismo$ deportivo:

  1. Denuncia Pública: Queda bien ante su opinión pública progresista.
  2. No Boicot: Evita la sanción de FIFA/UEFA.
  3. Donación a Gaza: Convierte el ingreso de un evento polémico en «ayuda humanitaria», neutralizando las críticas.

En resumen, Noruega ha sido un valiente cobarde. Se envuelve en la bandera de la protesta para vender más entradas y luego las usa para financiar la ayuda en el lugar de la tragedia, una tragedia que, con su participación en el partido, ayuda a normalizar en el ámbito deportivo. No eliminaron a Israel; se eliminaron a sí mismos como referentes de una postura política consecuente.

El fútbol se jugó, el dinero se recaudó y la hipocresía ganó por goleada. ¡A la mierda el $fair\ play$!

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