No decepcionaron los jugadores pese a que hicieron sufrir a sus hinchas; 2-0 arriba, fueron empatados por Nacional, pero en los penales les devolvieron la euforia. Peñarol se quedó una vez más con el clásico. Su hinchada hizo un festival aparte.
Ni bien las entradas fueron puestas a la venta, la parcialidad peñarolense arrasó. Fue tanto el furor que la institución le exigió a la organización que las entradas que Nacional no había vendido, se las cedan y que los agrupen a todos en una sola tribuna.
Llenos de vergüenza, por decirlo de una manera, los dirigentes del club albo, salieron a venderlas como sea para lograr apoyo en las graderías, evitando así mayores burlas por parte de los hinchas del eterno rival.
El hecho es que la ‘falange’ carbonera le dio un marco de color a la popular Ámsterdam, del ‘Coloso de Cemento’. Una multitud eufórica tiñó de amarillo y negro la noche de verano anticipando el famoso carnaval uruguayo. Las llamadas y el teatro de verano fueron opacados por 90 minutos.