Es ya una de las imágenes del año. Con el pitido final, los ingleses cayeron sobre el césped del estadio de Niza. Acababan de sufrir una de derrotas más dolorosas de su historia. “La peor”, a juicio del ex internacional Gary Lineker. Básicamente porque a los inventores del fútbol les había ganado “un país con más volcanes -130- que jugadores profesionales -100-”.
La debutante Islandia, gran sorpresa de esta Eurocopa 2016 con permiso de la Gales de Gareth Bale, celebraba su histórico pase a cuartos de final a lo grande. El capitán Aron Gunnarsson y sus compañeros se acercaron al córner donde se concentraban sus compatriotas, unos 10.000, o lo que es lo mismo, cerca del 3% de su población, porque Islandia, con apenas 330.000 habitantes, es el país más pequeño que jamás ha disputado la fase final de un gran campeonato.
Cuando los jugadores se pararon, se hizo el silencio entre los hinchas. Entonces Gunnarsson abrió los brazos y los llevó por encima de su cabeza dando una palmada. Jugadores y aficionados imitaron su gesto perfectamente sincronizados. “¡¡¡Húhhh!!!” gritó el capitán. La palmadas y los gritos se repitieron, cada vez más rápidos, cada vez más fuertes. Siempre bajo la batuta del barbudo mediocampista.
Podría pensarse en alguna antigua tradición vikinga, pero en realidad esta especie de haka es un cántico que han tomado “prestado”.
En 2014, el modesto Stjarnan islandés se convirtió en la sorpresa de las rondas previas de la Europa League eliminando a varios equipos teóricamente superiores, entre ellos el Motherwell. En su visita al estadio de los escoceses, aficionados y jugadores del Stjarman, entre ellos el hoy arquero suplente de la selección Ingvar Jónsson, quedaron impresionados por la manera en que los hinchas locales animaban a los suyos… y adoptaron el cántico como propio.
Aquella aventura europea del Stjarnan concluiría en la repesca final, ante el poderoso Inter de Milán. Pero en cierta medida supuso el comienzo de algo. O más bien la continuación, porque cuando en 2011 el experimentado Lars Lagerbäck asumió el banquillo de Islandia, el técnico sueco era consciente de que algo estaba cambiando en la isla.
La selección sub-21, con varios de los hoy internacionales absolutos en sus filas, acababa de arrasar a Alemania (4-1) para clasificar a la Eurocopa de la categoría. Y el fútbol islandés ya no era un fútbol basado únicamente en el espíritu de lucha. “Actualmente los islandeses destacan también por sus habilidades técnicas, y eso es gracias a la mejora de las condiciones de entrenamiento”, explica Lagerbäck a FIFA.
Un sueño de verano
En un clima tan inhóspito como el de Islandia, el fútbol sólo se podía practicar en verano, y rara vez en canchas de hierba, como nos comenta Eidur Gudjohnsen, el mejor jugador de la historia de Islandia. A a sus 37 años, y aunque tenga un papel secundario sobre la cancha, está cumpliendo el sueño de su vida en esta Eurocopa. “Cuando yo empecé, cuando jugábamos en el verano lo hacíamos sobre gravilla, y ahora sin embargo tenemos muchas instalaciones indoor donde poder jugar todo el año”.
A comienzos de los 2000, Islandia, ese país con más ovejas que habitantes donde el balonmano era el deporte rey, decidió apostar por el fútbol. Y lo hizo a lo grande: actualmente hay numerosos campos de fútbol cubiertos y más de 100 minicampos con césped artificial repartidos por las escuelas de toda la isla.
Pero eso no es todo: en el país del centenar de futbolistas profesionales hay al menos un entrenador con calificación UEFA por cada 500 habitantes. Hasta para entrenar a levines es necesario estar formado. “Entrenar se ha convertido en una segunda profesión viable”, explicaba al diario The Telegraph Dadi Rafnsson, responsable del fútbol juvenil en la Asociación Islandesa de fútbol.
Y el mejor ejemplo es el de Heimir Hallgrímsson. Asistente de Lagerbäck al principio, y ahora co-seleccionador, este dentista será, tras la Eurocopa, el encargado de guiar a Islandia hacia la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018.
Con estos mimbres el fútbol islandés se ha ido consolidando hasta explotar definitivamente este mes de junio. Dos empates ante Portugal (1-1) y Hungría (1-1), y una victoria in extremis ante Austria (2-1) les clasificaron para octavos como segundos del Grupo F. Después vendría la campanada ante Inglaterra… Y este domingo les espera la anfitriona Francia.
Los Bleus son claros favoritos, pero visto lo visto, no es descartable que el “¡¡¡¡Húhhh!!!” de Aron Gunnardsson y los suyos retumbe de nuevo, esta vez en el Stade de France.
Fuente: www.fifa.com
Diego Martín Yamus
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