Los malvivientes de la tribuna serán denunciados por «intento de extorsión» tras los desmanes protagonizados durante el clásico del domingo frente a Rosario Central, donde igualaron sin goles en el Marcelo Bielsa.
Télam. La barra brava de Newell´s Old Boys será denunciada por «intento de extorsión» luego de los hechos de violencia protagonizados el domingo para suspender el clásico jugado ante Rosario Central (0-0) en el Parque de la Independencia por la Copa Santa Fe, anticipó esta mañana a Télam el coordinador de Seguridad Deportiva de la provincia, Diego Maio.
«El presidente (de Newell’s, Eduardo Bermúdez) declaró que los dirigentes recibieron amenazas de la barra brava de que si no los recibían ‘iba a haber problemas’, así que desde el Ministerio de Seguridad tenemos las filmaciones de los incidentes y nos reunimos con el fiscal (Adrián Spelta) para presentar una denuncia por intento de extorsión», abundó Maio a esta agencia.
«Generalmente los dirigentes se ven presionados y amenazados por la barra brava. Esta vez la barra, o uno de los grupos que se quiere quedar con el control de la barra para ser la barra oficial, les pidió una cita los dirigentes, pero como estos no se la dieron, provocaron los incidentes que en un partido normal hubieran determinado la suspensión, pero felizmente (el árbirtro Silvio) Trucco lo manejó muy bien y pudo sacarlo adelante», se explayó el funcionario santafesino.
«Ayer se pelearon cinco barras de un lado contra cinco del otro, es decir que eran al menos dos grupos que se enfrentaron por el control del paravalanchas, y creemos que son los mismos grupos que vienen disputando el control de la barra, en la que obviamente no hay elecciones», ironizó Maio.
El primer incidente, que demoró 25 minutos el comienzo del complemento, se produjo en el entretiempo, cuando dos grupos de la barra brava «rojinegra» se trenzaron a golpes de puño por el control del paravalanchas de la tribuna popular baja del Hipódromo, luego de que uno de ellos descolgara del alambrado una bandera con el rostro y el nombre del «Cuatrero» Matías Franchetti, el jefe de la barra asesinado a balazos el 7 de junio último, en la puerta del Estadio Coloso Bielsa, cuando salía de una reunión con dirigentes de la Agrupación Rojinegro Querido, que luego ganó las elecciones.
El segundo episodio violento ocurrió a los 28 minutos del segundo tiempo, cuando un puñado de barrabravas se trepó a lo alto del alambrado de la popular baja del Hipódromo, con la evidente intención de suspender el partido.
El grupo de la barra brava que pidió la reunión a la comisión directiva intenta quedarse con el poder y exigir el pago de un canon mensual, informaron fuentes «rojinegras».
«Si la Comisión Directiva toma la decisión de no atenderlos es porque (los barras) están perdiendo la pelea. Vamos a redoblar la apuesta para extender el derecho de admisión a todos los clubes de la provincia, así como hicimos con los 38 barrabravas de Newell’s que no pudieron entrar al clásico. Tenemos las filmaciones, vamos a identificarlos y a denunciarlos por intento de extorsión», advirtió el coordinador de Seguridad Deportiva.
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