Racing superó a Sarmiento en el Cilindro y vuelve a la puja por el título del campeonato de primera división. El legendario Diego Milito y el uruguayo Walter Camacho sentenciaron la brega. Figueroa descontó para Sarmiento.
Télam. La superioridad individual y la mayor jerarquía de sus protagonistas le permitieron a la Academia sacar una rápida ventaja, cuando el encuentro estaba aún en pañales.
Racing golpeó primero con un pechazo de Milito, que se anticipó en el primer palo, después de un centro de Francisco Cerro, desde el costado derecho.
Ese gol le entregó cierta tranquilidad al conjunto de Avellaneda, que no supo hacer pesar una mejor disposición en la zona de gestación, con tres volantes interiores que parecieron retenidos.
Pero Sarmiento, a todo ésto, se quedó a mitad de camino, también. La desventaja prematura trastocó sus planes de aguante y cuando tuvo que salir a buscar exhibió sus limitaciones.
El equipo de Junín, que lleva siete sin ganar, apenas dispuso de una oportunidad más o menos concreta a los 3m., cuando el pibe Maximiliano Fornari remató y el arquero Sebastián Saja contuvo sin problemas.
Encima Racing sacudió la modorra a los 34m., cuando hubo un córner desde la izquierda que Luciano Aued mandó a la medialuna, el defensor Lollo la metió al medio de zurda y el uruguayo Camacho definió cruzado, mediante un cabezazo.
En el segundo tiempo no hubo sustanciales modificaciones en el trámite, razón por la cual Racing se sintió cómodo, aun sin generar situaciones de riesgo.
Es que el equipo de Lippi, más allá de adelantarse en el terreno, no pudo generar una ofensiva inquietante para un arquero Sebastián Saja, que casi no tuvo que intervenir.
Racing apostó a las réplicas, incluso cuando ingresó Mariano Pavone, que las peleó todas, pero que no tuvo un feliz desempeño.
Cuando el encuentro se iba sin mayores incidencias, Sarmiento halló el tanto que maquilló la derrota, después de un error en el despeje de Iván Pillud. La pelota le quedó servida a Gervasio Núñez, se produjo un rebote y el delantero Figueroa la mandó al fondo del arco.
Fuente: Télam
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