Ni bien el árbitro pitó la derrota por 3-2 ante México, en las calles de Vanuatu comenzó la fiesta. El kava, la bebida típica de los festejos en el Pacífico Sur, hecha con las raíces de esa misma planta, corrió como en las grandes jornadas. No importó que al final del día el casillero de puntos en el Grupo A de la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA República de Corea 2017 mostrara cero puntos. Semejante debut en un Mundial de la categoría fue histórico.
«El kava es nuestra bebida nacional para festejar, para pasar un buen momento juntos. Sé que están muy orgullosos de nosotros por haber podido remontar un 2-0 y haber estado tan cerca de empatar. La gente lo vio en sus casas pero también se juntó en un lugar con pantalla grande y celebraron la derrota», le cuenta a FIFA.com el capitán, líder y héroe de sus propios compañeros, Bong Kalo.
El 10 es el único de un equipo que, aunque estudia y tampoco es profesional como los 20 restantes, al menos sabe lo que es jugar una Liga de Campeones de la OFC. Y, como Jason Thomas, ponerse la camiseta de la absoluta de Vanuatu, una isla de menos de 300.000 habitantes. La mayoría subsiste gracias a la horticultura y algunos futbolistas colaboran con su familia en la actividad.
«Es un orgullo para mí ser el capitán de ellos en una Copa del Mundo», afirma Kalo, autor del primer tanto de Vanuatu en la competencia, un verdadero golazo que mostró su habilidad y sangre fría. Los oceánicos empataron gracias a otro gran gol de Ronaldo Wilkins, pero México logró el 3-2 en el minuto 94.
«Es cierto que perdimos pero estoy contento por la actuación de todos. Fue una gran sorpresa para nosotros porque México es un buen equipo, con todos jugadores profesionales. Ahora confiamos en nosotros y creemos que podemos hacerlo. Si pudimos levantarle un 2-0 a México, creemos que podemos ganar un partido.¡ O los dos!», dice antes de abrir bien grandes los ojos y soltar una carcajada genuina, festejándose su propia impertinencia.
¿Vanuatu ganando dos partidos?¿Por qué no? «Estamos jugando con el corazón. Como capitán siempre les digo antes de los partidos que estamos lejos de casa y que tenemos que llevarnos algo».
Llevarse algo del Mundial no es sólo una experiencia, un triunfo o saber que cierta comida coreana pica mucho más de lo que podían imaginar sus paladares habituados al pescado, las frutas y los vegetales. «Al principio sentía la lengua quemándome. ¡Era muy loco!».
En su caso particular es poder mostrarse para pegar el salto de su vida desde su club de siempre, el Tafea FC hacia una liga más avanzada: «Mi gran sueño es jugar de manera profesional. Creo que ese gol puede ayudarme a cumplirlo». Si el martes contra Venezuela o el viernes ante Alemania repite lo que hizo contra México, no es descabellado que esa puerta se abra. Si pasa, habrá kava para todos.
Fuente: FIFA
Diego Martín Yamus.
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