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Chelsea pagó 80 millones de euros por Kai Havertz el julio del año pasado siendo cifra récord por un futbolista alemán. Siguieron meses difíciles para el joven de 21 años. Pero, persevera y triunfarás porque su compatriota Thomas Tuchel en enero tomó el mando y cuatro meses después el pibe Harvetz anotó el tanto de la victoria sobre Manchester City que les valió el trofeo de Champions League.
Cuando Kai Havertz inicialmente intentó en vano expresar su suerte en palabras en una entrevista («Doy las gracias a mi familia. No sé qué decir»), su capitán llegó corriendo, tomó al joven de 21 años en sus brazos y gritó a la cámara: “Este chico se lo merece. Este chico es una superestrella «.
Antes de esa noche en Oporto, cuando el Chelsea ganó la Champions por 1-0 al Manchester City , César Azpilicueta podría haber sido contradecido. Havertz llevaba un precio de superestrella, pero todavía no lo era.
Su cifra récord de 80 millones de euros no significa que el juvenil sea «crack», es más, el destino le concedió anotar el gol más importante del año, y de los mejores tantos de la historia del Chelsea.
Bajo el peso del enorme precio de compra y, mientras tanto, rechazado por una enfermedad de la corona, Havertz jugó un tiempo de juego promedio. Al final, se registraron 27 apariciones y cuatro goles en la Premier League. Pero bajo la dirección del técnico Thomas Tuchel, que llegó en enero, creció la confianza en sí mismo, coronado el sábado en Oporto.
“Para mí, un sueño de la infancia se está haciendo realidad”, dijo Havertz: “Desde que tenía cinco o seis años, he recordado todas las finales de la Champions League. Repetimos todos los goles de una final de la Champions League con mi hermano ”. Y además:“ Ahora estoy aquí. Mi familia está en el estadio, mi abuela está mirando en casa. Mi abuela materna es la única que queda. Los demás miran desde el cielo. Nos enseñaste mucho. No podría ser mejor. El trofeo es para ellos «.
El joven se incorpora ahora a la selección nacional con un pecho inflado, donde aún le queda luchar por su plaza habitual en los Campeonatos de Europa. Pero esa noche probablemente no le importó tanto eso como los problemas que todavía tienen que resolver los cuatro participantes alemanes de la final por el problema de la inmigración desde Gran Bretaña.
Fuente: Welt.de
@lostribuneros
