Fabricio se enojó con su propia hinchada, lleno de les devolvió el insulto pero al ser expulsado se sacó la camiseta y la tiró en el piso. En Uruguay y en Italia hubo algo similar.
Marco Van Basten era el goleador y estrella del AC Milan entre 1987 y 1995, un día lleno de ira se sacó la camiseta y la tiró. Primero ofendió a la afición, pero luego lo compensó con goles. La gente entendió su «berrinche».
Entre los hechos más decepcionantes está la famosa tirada de camiseta del quien en ese momento era el capitán de Nacional, Richard «Chengue» Morales.
Jugaban el clásico más viejo del mundo fuera de Gran Bretaña los poderosos Peñarol y Nacional por el campeonato uruguayo. El capitán tricolor, además goleador, enojado por la expulsión y la derrota, decidió sacarse la camiseta y tirárselas a los hinchas del eterno rival.
Este acto fue, sin dudas, uno de los más vergonzosos jamás visto. Tirarle la camiseta a la hinchada rival es como tirarle carne sangrante a un cardumen de pirañas. Sucedió hace largos años.
Esa actitud le hizo el caldo gordo a los «manyas», quienes en el folklore del fútbol se hicieron un verdadero festín.
Ahora, en Brasil, están estudiando que tipo de sanción le cabrá al jugador Fabricio quien hace cinco años que luce la camiseta del club colorado.
La cuestión va más allá de cargadas, ya que el jugador enardeció aún más a un público que bien pudo haber invadido el campo y provocado una verdadera batahola.
También en Brasil, por la década del 90, hinchas del Flamengo enojados con los jugadores, comenzaron a sacarse sus camisetas y las tiraron al campo de juego.
@lostribuneros