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Ferro Carril Oeste es un grande de la Argentina, más allá de que hace un cuarto de siglo no está en Primera. Pero su historia está marcada por grandísimos jugadores, campeones del mundo o de renombre internacional. Y grandes goleadores. Mario Gabriel Pobersnik fue en los años 90 uno de ellos, aunque su carrera en la institución del barrio capitalino de Caballito y la posterior no registró casi éxitos.
El centrodelantero surgió de las divisiones inferiores “verdolagas” con su 1,98 de estatura y su capacidad de gol. Así arrancó aquel 26 de enero de 1990 en un 2-2 ante Estudiantes de La Plata, por el largo Campeonato 89/90 ganado por River Plate. Era una época de un Ferro mediocre, que si bien al mando del inolvidable Carlos Timoteo Griguol ya no era el de los títulos de los 80 (Nacional 82 y 84) ni de enormes figuras. Pero que igual daba batalla a cualquiera que se le opusiera. A pesar de no obtener ningún torneo, el nacido en Ramos Mejía (Buenos Aires) fue el encargado de alimentar los sueños del verde hasta 1995, como que acumuló 163 encuentros y 37 goles.
Paradójicamente, el momento de fama del nueve fue al irse de Ferro en 1995 a Rosario Central. Dirigido por otro emblema como Ángel Tulio Zof, fue un refuerzo de un plantel de lujo liderado por otro imborrable, el “Negro” Omar Palma. Ese equipo marcó una de las fechas más épicas del fútbol argentino el 19 de diciembre, cuando tras caer 0-4 con Atlético Mineiro en la primera final de la extinta Copa Conmebol, goleó en Rosario 4 a 0 y se impuso en el desempate por tiros desde el punto penal 4 a 3; allí Pobersnik, ingresado en el último rato, convirtió el segundo remate de la serie. Éste fue su único lauro en su carrera, y permaneció con el “canalla” hasta 1996.
Pero su brillante luz con la que surgiera se fue atenuando y paseó por un montón de clubes con poco suceso, actuaciones y lesiones: Banfield (1996- 1997), Gimnasia y Esgrima La Plata, donde se reencontró con Timoteo que apostó por su incorporación, pero no rindió (1997- 1998), Platense (2000), Estudiantes de Buenos Aires (2001- 2002), Villa Dálmine (2003) y hasta un fugaz paso por un tal Ariano Irpino, del ascenso de Italia en 2004. Su vuelta al país fue inexorable y entre 2004 y 2005 actuó para Brown de Puerto Madryn (Chubut) en el Torneo Argentino A (hoy Federal), dejando la actividad con bajo nivel.
Como casi todo retirado, se dedicó a dirigir y lo hizo en las divisiones menores de varios equipos entre 2008 y 2018: Tigre, Racing Club, Unión La Calera (Chile) y hasta Boca Juniors. Este 2025 le llegó otro gran trabajo al ser fijado como entrenador de la reserva de Central. Tal vez desde el banco su cualidad de goleador le permita descubrir un talentoso que llegue luego al éxito. Ése que Mario Pobersnik, a pesar de sus enormes condiciones, no logró alcanzar.
Diego Martín Yamus.
