Racing Club casi nunca se caracterizó por emerger figuras de sus inferiores. Pero un par de apariciones en los comienzos de los años 90 mejoraron su rendimiento y dejaron huella. Uno fue Claudio “el Piojo” López, a comienzos de 1993. Un tiempo antes, otro delantero preocupante: el “Lagarto” Juan Ramón Fleita, que debutó en la Academia y pasó por muchos clubes, pero que dejó lo mejor de él en el blanco y celeste de Avellaneda.
Nacido en 1972 en Las Toscas, Santa Fe, Fleita arrancó en marzo de 1991 con edad de quinta división convocado por Roberto Perfumo, que había gustado de su resistencia en una práctica contra el fuerte equipo de Primera. Así fue titular en aquel Torneo Clausura el 10 de marzo frente a Chaco For Ever, en un empate a cero. Dos semanas después marcaría su primer gol a Rosario Central en Arroyito, que fue el 1 a 0 final. El joven hizo dos más y su club terminó cuarto y en la Liguilla Prelibertadores, donde le convirtió a Vélez y fue batido en semifinales por el Boca de Tabárez.
Dos años más tarde, Fleita hizo dupla con el Piojo y Racing ganó varios partidos decisivos, llegando a estar muy cerca de obtener aquel Apertura cortado en el verano de 1994, que finalmente se llevó el River de Passarella. Sin embargo, el Lagarto quedó para siempre en a memoria de su gente el 21 de noviembre de 1993, cuando por la fecha 11 le marcó un espectacular gol de chilena a José Chilavert para ganarle 2 a 0 a Vélez en Liniers. “¿La chilena? Fue todo impronta y picardía. Magia de potrero. Fui a buscar esa pelota de Dalla Libera pensando en bajarla para quedar mano a mano con Chilavert. La cancha estaba muy mala y pensé que sería difícil bajarla. Cuando veo que se sigue elevando y no la voy a poder parar fácil es cuando pienso en la chilena. Fue un último recurso. Fue todo espontaneidad y tuve el privilegio de convertir un gol mítico del fútbol argentino. Lo digo con humildad, porque excedió a Racing y fue un golazo del fútbol argentino. En su momento no me di cuenta del golazo que había convertido, pero aquella noche, viendo Fútbol de Primera, me percaté que había convertido un golazo espectacular «.
Otros tres años en un agitado Racing se cerraron en 1996, cuando empezó un peregrinar por varios clubes pequeños y su estrella se fue diluyendo. Salvo una temporada en San Lorenzo de Almagro, luego pasó por Toros Neza de México, Coquimbo Unido de Chile, Bella Vista de Uruguay, Huracán, guaraní (Paraguay), Monagas (Venezuela), The Strongest (Bolivia), Comunicaciones (Guatemala), Unión de Sunchales (Santa Fe) y Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, donde se retiró en 2008. Su partido más difícil lo libró en 2003, cuando se le descubrió un linfoma del que por suerte se recuperó. Y siguió como técnico de inferiores y reserva, tanto en Racing como en Huracán. Pero a Juan Ramón Fleita la memoria futbolera lo puso para siempre en un cuadro por su chilena inolvidable.
Diego Martín Yamus.
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