El jugador Floro Flores del modesto Sassuolo, equipo que milita en la primera división del fútbol italiano, dio la nota pero no por su rendimiento dentro el campo, sino por haber adoptado a un bebé que fue abandonado en un tren, en Italia.
Un recién nacido fue dejado en un tren cerca de la sureña ciudad de Nápoles, la semana pasada, y al no poder encontrar a la madre biológica, las autoridades optaron por cederle en adopción al niño, de manera precaria en primera instancia.
«Después de ver al pequeño Francesco, decidimos seguir lo que mandaba nuestros corazones. Yo sou padre, antes de ser jugador, y por cierto, no soy un héroe» escribió en el Twitter el atacante italiano de 30 años, padre de tres hijos.
@lostribuneros