La pandemia de Covid-19 tiene parado al fútbol, eso es sabido. Que hay futbolistas que no están pasando momentos de zozobra por causa del parate obligatorio es un hecho que no pasa inadvertido para River, pero de Piauí (Brasil).
Joâo Paulo juega en el popular River del nordestino estado de Piauí y es el exponente de lo que están viviendo miles de futbolistas a los largo del mundo que están parados por culpa de esta cruel y peligrosa enfermedad como es el coronavirus.
River es el club amo y señor de su estado. Situado en la capital Teresina, debió parar sus actividades ni bien se desató la pandemia.
Joâo Paulo, uno de los futbolistas, al recibir salarios tan bajos que ni siquiera dan para ahorrar, debió armar en su casa un heladería dónde vendían los productos elaborados por ellos mismos para venderlos al precio de 50 centavos de dólar (2.50 reales).
Sin embargo, el avance de la enfermedad obligó al futbolista del «Tricolor Mafrense» a cerrar el emprendimiento por causa de que sus padres están cercanos a los 90 años y que tiene una hermana de 59 discapacitada, que podrían sufrir el contagio por parte de algún cliente, habida cuenta que Piauí recibe turismo europeo debido a sus altas temperaturas.
«Vivo con mis padres», confiesa el futbolista. «Ellos me están ayudando con la comida que ponen en la mesa. Con el dinero que me va dando el club voy pagando mis cuentas, las de mi mujer, le compro cosas a mi hijo y voy logrando sostenerme», relató.
Formado desde la base de River, supo ser campeón del Campeonato Piauiense de 2019. Si bien el club le va dando ayuda económica el dinero es tan insuficiente que apenas logra sobrevivir.
Fuente: Globo Esporte
@lostribuneros