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El equipo «Vikingo» fue campeón antes de comenzar la Eurocopa de Francia; tras lograr la clasificación a esta edición de uno de los mayores torneos continentales, el público enloqueció, lo que vino después fue un regalo.
Eliminados ante los anfitriones, pero nada de ser recibidos con la frente marchita. Islandia logró algo inédito, tan increíble que obligó al primer ministro a viajar a presenciar el juego ante Francia por cuartos de final. En la cancha perdieron 5-2, pero la entrega, y lo lejos que llegaron hicieron vivir a ese pequeño país de apenas 330 mil habitantes un momento de éxtasis único.
Una multitud copó las calles de Reikiavik para recibir a los futbolistas como verdaderos héroes. Mayor mérito tiene todo esto ya que el fútbol es prácticamente amateur, y que no es el deporte nacional, pero que más da, están entre los ocho mejores; España, último bi campeón e Inglaterra, quedaron por debajo suyo, por ejemplo.
Desde el aeropuerto de Kefkavik, ubicado a unos 40 kilómetros de la capital, casi todo el país se acercó a recibir a los fubolistas. Un escenario se montó en el parque Arnaholl, de Reikiavik, con pantalla gigante incluida, para que los jugadores hablen con el público.
«Vamos a festejarlo. Lo que han hecho los muchachos es absolutamente fantástico», declaró el sueco Lars Lagerbäck, en su último día al frente de la selección islandesa.
«Feliz» se mostró el autor de uno de los goles ante el anfitrión Francia Kolbeinn Sigthorsson, donde cayeron por 5-2 y añadió: «Ha sido un sueño recibir todo este apoyo».
«Ha sido un auténtico sueño, y estamos orgullosos de haber podido hacer disfrutar a nuestro país», cerró.
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