El Grenal número 443 fue para Internacional, que cerró una jornada memorable en el Beira-Rio imponiéndose en el clásico más apasionante del sur de Brasil por la jornada 30 de la Serie A. Con este triunfo 1-0, el Colorado sigue haciendo historia: ganó todos los clásicos de 2024 y se acomoda en la sexta posición del Brasileirao con 49 puntos, último puesto de clasificación a la Copa Libertadores 2025. Mientras tanto, Gremio sigue en caída libre y, aunque se mantiene en zona de Copa Sudamericana con 35 unidades, está solo tres puntos por encima de la zona de descenso. Una paradoja más del impredecible fútbol brasileño.
Dominio Colorado y mosaicos de Valdomiro
El ambiente en el Beira-Rio fue electrizante, con un marco espectacular en las tribunas que incluyó un mosaico homenajeando a Valdomiro, el mítico «Mejor 7 del Sur». El dominio en este clásico es, una vez más, para Internacional: acumula 164 victorias frente a las 141 de Gremio y 138 empates en la historia del Grenal.
La presencia hispana brilla en el Grenal
El partido tuvo un toque internacional con una destacada participación de jugadores hispanoamericanos. Por el lado del Colorado, el uruguayo Sergio Rochet, arquero de la selección celeste, fue clave bajo los tres palos, mientras que el colombiano Rafael Santos Borré, ex River Plate, aportó su el gol del partido. En Gremio, brillaron el venezolano Yeferson Soteldo, los argentinos Agustín Marchesín y Franco Cristaldo, y el uruguayo Douglas Arezo. A este combo se sumaron el chileno Alexander Aravena y el danés Martin Braithwaite, quienes dejaron su sello en un partido cargado de intensidad.
Las burlas que no faltan
Aunque Gremio perdió el clásico, sus hinchas no dejaron pasar la oportunidad de lanzarse contra su eterno rival. Se consuelan recordando que Inter lleva 14 años sin ganar títulos nacionales o internacionales, aunque mantiene su dominio a nivel regional.
Con este triunfo, Internacional no solo afianza su candidatura a la Libertadores, sino que reafirma su hegemonía en los clásicos gaúchos. En tanto, Gremio deberá levantar cabeza rápido si no quiere terminar en la zona más temida del torneo.