Mirando hacia atrás, bien al fondo y revolviendo cielo y tierra, encontramos un material que vale oro; el entrenador del Barcelona, Gerardo Martino, fue víctima de insultos por parte de la hinchada de Newell’s cuando fue jugador, por 1987. El hoy técnico, estuvo a punto de ser despedido del equipo leproso pero supo sobreponerse.
Fines de setiembre de 1987, el equipo de Newell’s jugaba un partido por el Campeonato Nacional y Martino se marchó furioso contra un gran sector de hinchas leprosos que lo tomaron de centro de los insultos, ya que una semana antes habían perdido con Rosario Central, nada menos. Ni corto, ni perezoso el “Tata” aprovechó la presencia de la prensa de aquel entonces y esto dijo:
“No comprendo para nada la actitud de cierto grupo de la hinchada de Newell’s para conmigo Se la pasaron durante todo el partido descargando su ira, si así puede calificárselo, contra mi persona, por haber perdido el clásico, como si fuera el único culpable.Todos saben y me parece que no está mal al recalcarlo en esta ocasión para algunos olvidadizos que no lo recuerdan, todo lo que me he bridando por esta camiseta a lo largo de mi carrera. Yo siempre pongo lo mejor de mí en cada partido y no me importa cuál es el rival que tengo delante, porque lo que a mí me interesa es que gane mi equipo. Creo que esta no es la mejor manera para que uno pueda demostrar que puede dar vuelta un resultado adverso; los insultos no se justifican de ninguna manera y no ayudan, al contrario, hacen que uno decaiga aún más en lo anímico. Por suerte tengo el apoyo de mis compañeros y de todo el cuerpo técnico, que sabe lo que puedo brindarle al equipo. También escuché por ahí una versión de que en la semana algunos directivos habrían dialogado con José Yudica para pedir la exclusión de algunos elementos, entre los que supuestamente estaría incluido, pero esto no es veraz, ya que el técnico me ratificó su confianza. No sé lo que pasa con alguna gente; cualquier equipo puede tener una mala racha, nadie es perfecto. Nosotros la estamos pasando ahora, pero no hay que olvidarse que practicamos buen fútbol, que somos un equipo con llegada y que si logramos dos o tres goleadas por algo será. Por eso es que no estoy de acuerdo con la opinión de este grupo de gente, aunque la respeto, porque pagan su entrada y tienen derecho a la protesta. Claro que esta debe ser lo más medida posible y sin manchar la conducta de sus propios jugadores. Hay otros medios como para expresar su ‘Bronca’, si es que verdaderamente son hinchas del club, sabrán donde volcarla…”
Fuente: Solo Fútbol, 28 de setiembre de 1987.
@lostribuneros