Miles de personas quedaron, con entrada en mano, no podían acceder al Estadio Nacional de Lisboa, para presenciar la final de la Copa de Portugal.
La organización demoró más de la cuenta en recibir a la numerosa hinchada, especialmente de Benfica, lo que enervó a los «torcedores» porque se acercaba la hora del partido y la cola no avanzaba.
Mucha gente, fastidiada, comenzó a generar avalancha, por lo que hubo varios heridos. Por fin, la policía comenzó a agilizar todo y pudieron llegar, unos minutitos tarde a ver el partido.
El desorden no es solo cosa de sudamericano…
@lostribuneros