Por Marcelinho Witteczeck
En el fútbol femenino, cada posición en el campo es vital para el éxito del equipo. Sin embargo, una posición que a menudo se pasa por alto pero que es fundamental es la de defensora central, conocida como «la 2» o «la 6». Estas jugadoras son la columna vertebral del equipo, encargadas de proteger el arco y organizar la defensa. Pero, ¿qué está impidiendo que más mujeres asuman este papel vital en la cancha?
La Problemática:
En el fútbol femenino, la escasez de jugadoras para ocupar la posición de defensora central es una preocupación creciente, especialmente en los niveles de ascenso como la Primera B y Primera C. Se requiere que las defensoras centrales superen una estatura mínima de 1,68 metros y muestren valentía en el juego aéreo, características esenciales pero percibidas como obstáculos por muchas mujeres.
La Solución:
Para abordar este desafío, es imperativo promover la diversidad y la inclusión en el deporte. Debemos desafiar los estereotipos de género arraigados y crear un entorno acogedor para todas las jugadoras, independientemente de su estatura o habilidades físicas específicas.
Cómo Ayudar:
Es fundamental ofrecer programas de desarrollo específicos para defensoras centrales, que incluyan entrenamiento especializado en habilidades como el cabeceo, la anticipación y el posicionamiento defensivo. Estos programas no solo mejorarán el rendimiento en el campo, sino que también aumentarán la confianza y autoestima de las jugadoras.
Conclusión:
La llegada de más defensoras centrales al fútbol femenino no solo fortalecerá los equipos, sino que también enviará un poderoso mensaje sobre la diversidad y la inclusión en el deporte. Es hora de derribar barreras y brindar oportunidades a todas las mujeres que aspiran a defender los colores de su equipo en la cancha, sin importar su estatura o género.