Independiente logró un épico triunfo sobre Quilmes en un partido jugado con el alma y el corazón bajo una torrencial lluvia. El Rojo se imponía por 3-2 y sobre la hora los cerveceros lograron empatarlo, con total justicia, pero dos ataques certeros les permitió anotar un festejado 5-3.
Un juego de gladiadores hubo en el Libertadores de América entre dos equipos que no dieron una pelota por perdida y que jugaron a «cara de perro». Independiente entraba a su campo entonado por las victorias cosechadas, mientras que los cerveceros llegaron con la autoestima alta tras la goleada que le propinaron a Tigre.
Este duelo de titanes fue un verdadero deleite, además, como condimento y para darle mayor dramatismo, cayó una tormenta torrencial.
Quilmes dio el primer golpe a los 10′ por medio de Sarmiento, pero el Rojo reaccionó y obtuvo dos penales, a los 27′ y 53′, que fueron exitosamente ejecutados por el arquero Rodríguez, pasando a ganar por 2-1.
Entonado por el resultado parcial, Independiente, logró ponerse 3-1 a los 59′ y daba para creer que iba a alzarse con un cómodo resultado, pero no, Quilmes se agigantó, el cervecero luchó y empujó a un Independiente que se replegó de una manera peligrosa y no supo como salir del asedio. Los cerveceros presionaron tanto que por decantación llegaron al descuento a los 70′ por medio de Klusener, el empate llegó a los 85′ por medio de Zacaría.
Era inminente que acabarían 3-3, o que el equipo albo podría hasta revertirlo, pero el Rojo logró largar dos perfectos zarpazos. Riaño hizo delirar a su falange a los 90′ cuando puso el 4-3 pero quien los hizo estallar de júbilo fue Mancuello a los 90’+3, poniendo el 5-3.
Independiente, que logró su cuarto triunfo, le mete presión a un River que es líder y deberá enfrentar a Arsenal en Sarandí.
@lostribuneros