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El «Clásico Porteño» terminó 1-1 en campo de Huracán, y justamente, el Globo acabó festejando porque anotó en tiempo de descuento y estando con uno menos. Una alegría tras el accidente de Caracas.
Alicaído llegaba el equipo quemero a su hogar el Palacio Ducó para jugar ante San Lorenzo por la jornada 5 del Torneo de Transición. Luego de haber perdido feo con Nacional de Medellín, también en casa, y que no acabó en goleada histórica por esas cosas de la vida, Huracán volvía a jugar por el torneo local.
San Lorenzo, por otro lado, llegó con sabor agridulce; en casa andan muy buen pero arrancaron mal por Copa Libertadores tras caer con Liga en Quito.
La AFA le dio un par de fechas de descanso al equipo de Parque Patricios para que se reponga del accidente vial de Caracas, que terminó con varios jugadores traumatizados, dos de ellos de importancia, al igual que el preparador físico. Con ese panorama el «globito» volvía a disputar un partido por el torneo local.
No había vencidos ni vencedores hasta que Fernando Belluschi se encargó de romper el cero cuando transcurrían 70′. Estando arriba San Lorenzo se sintió más seguro cuando a los 85′ el zaguero uruguayo Mario Risso veía la roja tras una falta descalificadora.
Con ese panorama Huracán tuvo que ir a matar o morir. Fernando Rapallini adicionó tres minutos y el globo se la jugó: centro al área, pelota jugada al infalible «Wanchope» Ábila y gol en la agonía, a falta de escasos segundos para el pitazo final.
Si bien, algunos hinchas dicen que los empates no se festejan, desde este lado podemos decir que eso es mito. Huracán pasó la de Caín fuera y dentro de la cancha, por lo que este gol valió tanto como un triunfo.
San Lorenzo va primero en la Zona 1 con 11 unidades y podría caer varios casilleros si es que el domingo hay un ganador en Colón – Rosario Central; y si Gimnasia logra superar a Vélez en el Fortín, el lunes.
@lostribuneros
