Por la jornada 4 de la Copa de la Liga Profesional jugaron el «Clásico Porteño» en el Nuevo Gasómetro los históricos San Lorenzo y Huracán.
Los Quemeros fueron a casa del Ciclón con la idea de aprovecharse del mal momento por el que están pasando y llevarse la gloria del Bajo Flores. Pero, todo comenzó en sonrisas para la oncea de Diego Dabove por Franco Di Santo abrió el marcador pasada la media hora.
20 años lleva esperando Huracán para alzarse con la victoria en el Nuevo Gasómetro, por eso querían sacar ventaja de un San Lorenzo sin alma, lleno de conflictos internos que ni cambiando de entrenador lo solucionan.
Llenos de vergüenza por el papelón ante Central Córdoba de Santiago del Estero, que los goleó nuevamente, los cuervos bregaban por lavar culpas con una victoria.
Dabove se llevó todas las críticas al poner de movida a Óscar Romero pero sacó a su gemelo Ángel y a Ramírez cuando el conjunto se estaba encendiendo.
Con mucho amor propio el equipo de Israel Damonte encontró el equilibrio promediando la complementaria; centro desde la banda derecha de tres cuartos de cancha y la cabeza, en palomita, de Franco Cristaldo para dejar todo 1-1.
Este meritorio Huracán, repleto de juveniles, sin ser nada de otro mundo al menos se lleva un empate con sabor a victoria y con la satisfacción de que dejaron prácticamente afuera de la lucha por el título a su clásico rival aunque pasadas cuatro fechas aún no conoce la victoria.
San Lorenzo quedó noveno sobre 13 clubes que juegan en el Grupo A, con 4 unidades.
Huracán marcha en la misma ubicación en el Grupo B, con tres puntos.
@lostribuneros