Los Quemeros caían 2-0 ante el Caracas y estaban quedando afuera, pero un gol de cabeza de Diego Mendoza a los 90’+2, los dejó en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Mariano González vio la roja.
Huracán no jugó nada bien, sin embargo tuvo ese plus de fortuna que se precisa para salir airoso. Enfrentaron al Caracas en la capital venezolana por el partido revancha, con la ventaja parcial de 1-0.
El equipo dirigido por Eduardo Domínguez fue a una cancha que estaba pesada por demás, algo que conspiró contra su juego. Huracán, que no estuvo en una buena noche, fue desbordado por un conjunto vinotinto que, sin ser nada del otro mundo, basó su juego en la ofensiva y en la garra.
Caracas, que generó un sinfín de situaciones, fue capaz de capitalizar, primero por medio del defensor Rubert Quijada, de cabeza, y a falta de ocho minutos para el cierre, un zapatazo de Paulo Arango dejaba las cosas 2-0.
Huracán, que no llegaba al arco venezolano y, que, para peor, había perdido por tarjeta roja a Mariano González, 64′, por entrada desleal.
Estaban en tiempo de descuento cuando apareció Toranzo tirando un centro, el recién ingresado Diego Mendoza, que tenía apenas 8′ en la cancha, la cabeceó y puso el gol salvador.
Caracas pecó por haber errado tantos goles y por no haber «enfriado» el partido cuando iban 2-0.
El «Globo» jugará en la zona de grupos ante Peñarol, Atlético Nacional y Sporting Cristal.
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