Luego de la Segunda Guerra Mundial, Alemania había quedado dividida por el absurdo muro de Berlín en Federal y Democrática, o por su geografía Occidental y Oriental. De ambas, la primera era más prestigiosa y con un título, el de 1954, mientras la otra jugaba su primera y única Copa. El destino quiso que ésta se clasificara para jugar en su propio país. Y quiso también que ambas se encontraran en el mismo grupo, el 1.
El 22 de junio en el Volksparkstadion de Hamburgo se dio el histórico e irrepetible partido. Con los dos clasificados, el asunto pasaba por ver quién ganaba la zona y se cruzaba con el Países Bajos de Johan Cruyff.
Alemania Federal, el local, contó con sus estrellas (Beckenbauer, Breitner, Overath, Müller) pero hizo un trabajo opaco, nada que ver con el equipo que había marcado territorio ante Chile (1-0) y Australia (3-0). Y el tal Alemania Oriental terminó derrotándolo 1 a 0, gracias a una combinación definida por el mediocampista Sparwasser a los 77 minutos. El “Bombardero de la Nación” Gerd Müller estuvo bien controlado y los “otros alemanes” se llevaron el triunfo y el grupo, beneficiando al local que evitaba a Países Bajos. Luego, la gran Alemania sería campeona y la chica se quedaría en segunda ronda. Pero ese choque fue una real Historieta de Mundial y de la vida agitada política de la nación.
Diego Martín Yamus.
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