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El sexto Mundial de la historia, Suecia en 1958, transcurría sus primeros días sin grandes matices. Una Alemania campeona que pasaba con dos empates mediocres, la Francia de Just Fontaine que empezó con siete goles a Paraguay y luego avanzó raspando, un local que ganaba su zona con autoridad, pero no parecía candidato. Hasta Brasil mostraba una cara discreta, a pesar de arrancar bien un nuevo intento de primer título. Pero un buen día, un chico de 17 años revolucionó el evento, la verdeamarilla y el fútbol: Pelé, el delantero del Santos que además había sido incluido de última por el técnico Vicente Feola.
Edson Arantes do Nascimento, su real nombre, había debutado casi un año antes con la selección, justo contra Argentina por la Copa Roca, y había marcado el gol, pero el equipo perdió 2 a 1. Las excelentes prestaciones de “O Rei”” llevaron a Feola a decidirse por él y no por el crack del Corinthians Luizinho. Los fanáticos del “timao” estaban que ardían, y sus jugadores ni hablar. Tanto que en un amistoso entre Brasil y el conjunto paulista, el defensor Ary Clemente le dio un fuerte golpe a Pelé en la rodilla lesionándolo, y dejándolo al borde de no poder ir a Suecia. El diez fue llevado igual y tratado con una terapia especial, aunque por eso no pudo participar en los dos primeros encuentros, el 3-0 sobre Austria y el empate sin goles con Inglaterra. José Altafini, Joel y Dida no eran la mejor elección ofensiva, y Brasil necesitaba algo más.
Ese 15 de junio en el Nya Ullevi Stadion de Gotemburgo, el cierre de la fase era contra la Unión Soviética. Entonces finalmente el entrenador decidió incluir a Pelé y de paso al puntero Garrincha. Rápidamente se vieron las maravillas del nuevo astro, un par de paredes y un tiro en el poste, antes de que a los tres minutos el centrodelantero Vavá abriera el marcador. Vavá repitió a los 56 para fijar el 2-0 final y sus compañeros brindaron una lección de juego ante el fuerte once soviético. Pero esa tarde fue y será la del comienzo mundial de Pelé, el chico que sería muy grande en pocos días.
Diego Martín Yamus
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