Historietas de Mundial 2006: un fútbol y un campeón feos 

Alemania había logrado para 2006 ser de nuevo sede de la Copa del Mundo. Con el omnipresente Franz Beckenbauer de figura visible, ofreció todo su potencial como país para el torneo. Pero el flojo nivel demostrado en la edición 2002 aquí fue más evidente, con pocos goles y un campeón, Italia, favorecido por la buena suerte ajena, además de una Argentina que no pudo superar de vuelta sus limitaciones y se fue en cuartos de final.

La gran novedad era la cantidad de debutantes, especialmente de África, cuatro de las cinco plazas, más insospechados como Trinidad y Tobago. Pero el más loco fue el rejuntado de Serbia y Montenegro, las dos ex repúblicas yugoslavas que justo un mes antes se habían separado. Con algún jugador menos y el plantel obviamente dividido, le pasó lo previsible: tres derrotas, entre ellas el 0-6 con Argentina, y afuera tristemente, como llegaron.

El 16 de junio la Selección de José Pekerman jugaba con el misterioso balcánico. La debilidad ya explicada del rival dio para todo: el espectacular gol de Esteban Cambiasso después de más de 30 toques, el primero de Carlos Tévez y el primero, también, de un chico de 19 años llamado Lionel Messi, suplente entonces. Además, a los europeos le expulsaron su única figura, el delantero Mateja Kezman.

Angola era una de las sorpresas de los 32 competidores, tras dejar a Nigeria. Y estuvo a punto de serlo en el Mundial: tras un ajustado 0-1 con Portugal y un meritorio cero contra México, tuvo la chance de pasar a octavos de final y contra Argentina, ya que los lusos vencían a los aztecas y los africanos a Irán. Necesitaban dos goles más para eliminar al “tri”, hasta que el empate iraní los frenó y quedaron en primera ronda.

Un retorno esperado era Australia, en su última aventura dentro de Oceanía eliminando a Uruguay en el repechaje. Su anterior presencia había sido justamente en Alemania 1974, donde se fue sin goles. El 12 de junio, en un instante rompió todas las rachas: logró con su 3-1 a Japón su primer triunfo, sus primeros tantos y encaminó su pase a octavos de final.

Hasta ese 2006, la mayor cantidad de expulsados en un partido había sido en el Dinamarca-Sudáfrica de Francia 98 con tres. El 25 de junio, el Portugal de Cristiano Ronaldo derrotó a Países Bajos 1 a 0 y allí el árbitro ruso Valentin Ivanov tuvo que echar a cuatro: Costinha y Deco por los lusos y Boulahrouz, de una patada de artes marciales, y Van Bronckhortst para los neerlandeses. Maniche marcó el único gol del encuentro para meter a los portugueses en cuartos.

Este Mundial fue otro de la ya peligrosa cadena de errores arbitrales. Uno de ellos le costó la eliminación a Australia, cuando Italia lo venció en octavos 1-0 pasado el minuto 90 con un penal de Totti por falta inexistente sobre el lateral Fabio Grosso.

Otro nuevo era otro desprendimiento del este: Ucrania, la parte más fuerte de la ex Unión Soviética. Liderado por Andrei Shevchenko en la cancha, superó el Grupo H con España y enfrentó a Suiza en octavos, al que batió por tiros desde el punto penal. Su técnico, el afamado ex mundialista Oleg Blojin, lloró de alegría y emoción tras el triunfo que lo metió entre los ocho mejores en su primera aventura mundialista.

Como contamos, dolorosa fue una nueva caída argentina. Porque encima se fue invicto de la Copa. Pero ese cuarto con justamente su sombra Alemania le fue infortunado. Tras el gol de Roberto Ayala para la apertura, la lesión de su arquero Roberto Abbondanzieri y la entrada de Leonardo Franco fue el primer hecho desgraciado. Diez minutos después llegó el empate alemán originado en una pelota a favor de la albiceleste. Y para colmo, José Pekerman prefirió prescindir de Messi en el banco en lugar de arriesgar con el astro en el tiempo suplementario. Así se arribó a la tanda de penales, al papel famoso de ayuda de memoria del arquero alemán Lehmann que le permitió atajar dos tiros nacionales y la frustrante eliminación.

Como siempre, Brasil era uno de los eternos candidatos. Todo venía derecho para los de Luiz Felipe Scolari hasta el cuarto de final con Francia. A los 56 minutos, un tiro libre encontró demasiado solo a Thierry Henry que remató al único gol. En ese momento, uno de los defensores brasileños estaba acomodándose sus medias en lugar de estar atento al envío. Así se acabó rápido la aventura del campeón saliente.

Italia y Alemania eran los contendores de lujo de la primera semifinal. Un partido tan parejo no se iba a decidir así nomás. Y cuando parecía ir a los penales por el 0 a 0, a los 118 minutos un golazo de Fabio Grosso (otra vez clave) destrabó la decisión para la azzurra. Alemania fue furioso en busca del empate, lo que los italianos aprovecharon para en contraataque perfecto marcar de nuevo por Del Piero y llegar a la final a expensas del local.

Finalmente, el 9 de julio fue la gran cumbre entre Italia y Francia. Los galos iban bien a pesar del 1 a 1 parcial hasta que en el tiempo suplementario justamente Zinedine Zidane, que quería la revancha del pobre Mundial 2002, le dio un cabezazo en el pecho al zaguero Marco Materazzi. La pantalla gigante del Olímpico de Berlín lo delató y el argentino Horacio Elizondo, de ejemplar tarea en el torneo, no tuvo otra que expulsarlo y poner punto final a su carrera de futbolista. Y los penales decidieron el cuarto título de una Italia que, como en 1982, llegaba con oscuridad por apuestas clandestinas. Y como ese 1982 fue un oscuro campeón.

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar

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