En una de las mayores sorpresas en la historia reciente de la Liga de Campeones, el modesto Kairat Almaty de Kazajistán logró una hazaña épica al eliminar al gigante escocés Celtic en la fase previa. Tras un dramático empate sin goles en 210 minutos, el equipo kazajo se impuso 3-2 en la tanda de penales, sellando su boleto a la fase de grupos de la Champions por primera vez en su historia.
El héroe inesperado: Temirlan Anarbekov
El relato de esta clasificación histórica tiene un nombre propio: Temirlan Anarbekov. El joven portero de solo 21 años se convirtió en la figura del partido al atajar tres de los penales del Celtic, incluyendo el tiro clave del japonés Daizen Maeda. Con sus heroicas atajadas, Anarbekov no solo se ganó el respeto del mundo del fútbol, sino que también aseguró el lugar de su equipo entre la élite europea.
Consecuencias de una derrota histórica
La eliminación fue un golpe durísimo para el Celtic. Además del impacto en su prestigio, el club escocés perderá cerca de £40 millones en ingresos. Este desastre financiero y deportivo no pasó desapercibido, provocando una avalancha de críticas por parte de exreferentes del club, como el exentrenador Martin O’Neill, quien calificó la derrota como «totalmente culpa del propio club». La prensa escocesa y los hinchas señalaron la mala planificación técnica, la falta de inversión y la escasez de contundencia como las principales causas del fracaso.
Para el Kairat Almaty, el futuro es más brillante que nunca. El club se convierte en apenas el segundo equipo kazajo en alcanzar la fase de grupos de la Champions League, siguiendo los pasos del Astana, que lo logró hace una década. Esta victoria no es solo un triunfo deportivo, sino un grito de guerra que pone a Kazajistán en el mapa del fútbol europeo.