Historias del fútbol panamericano

A lo largo de las décadas, los Juegos Panamericanos ganaron en popularidad. Pero, como ha pasado con los Juegos Olímpicos, el fútbol estuvo a un costado, desvirtuado muchas veces. Pocos participantes, cambios de formato, países raros, ausencias de última hora, presencias poco decorosas. Historietas de un deporte muy venido a menos con respecto a los otros grandes, atletismo, natación, boxeo.

La primera edición fue en Buenos Aires en 1951, y Argentina tuvo pocos y flojos rivales: Venezuela (5-0), Costa Rica (7-1), Chile (2-1) y Paraguay, a quien superó 2-0 para llevarse la primera medalla de oro. Así volvió a suceder en México 1955 y Chicago 1959, donde logró el tricampeonato. Algunos nombres albicelestes de esa era fueron Rogelio Domínguez, José María Pellejero, José Sanfilippo, Humberto Maschio, Miguel Basílico y Juan Carlos Oleniak.

Argentina volvió a competir en Sao Paulo 1963, pero el título fue por primera vez para Brasil, otra vez con pocos equipos y todos contra todos. Y para Winnipeg (Canadá) 1967, la Selección, con figuras como Héctor Yazalde, Carlos García Cambón o Ramón «Mané» Ponce, perdió en su último encuentro con Trinidad y Tobago 1 a 0, mientras México se colgó su primer oro sobre Bermudas, y los triniteños fueron bronce.

De nuevo la albiceleste retomó su senda victoriosa, en Cali (Colombia) en 1971, con los goles de Edgardo Di Meola, Osvaldo «Patota» Potente y Héctor Horacio Scotta. El torneo cambió en esos años 70 a un formato de todos contra todos pero a dos vueltas, interesante y más justo, o a grupos de cuatro equipos. En México 1975, el local y Brasil jugaron la final que iba empatada a un gol, hasta que en el tiempo suplementario, no se sabe por qué, el partido fue suspendido y ambos compartieron el oro.

Tras otro oro de Brasil en Puerto Rico 1979, Caracas 1983 fue turno de Uruguay. La celeste se llevó su primera alegría al vencer justamente a su vecino norteño 1 a 0, con gol de Miguel Peirano a los 83 minutos. Ese once de un joven Oscar Tabárez contó con José Batista, Ostolaza, Yeladián o Víctor Púa. Pero en Indianápolis 1987, el podio más alto volvió a los brasileños.

En los años 90, se produjeron los primeros choques entre la CONMEBOL y la organización de los Panamericanos. En La Habana 1991 (Estados Unidos campeón) y Winnipeg 1999 (México)los sudamericanos no fueron a la cita, excepto un Uruguay formado por chicos de su interior que perdió todos los partidos en el 99. Lo mejor aconteció en Mar del Plata 1995, cuando estuvieron de las dos Américas y la Argentina de Daniel Passarella ganaba su primer gran compromiso, liderada por Ariel Ortega, al derrotar por penales a un excelente México, que cuatro años después se haría con el título.

El sexto logro argentino llegó en Santo Domingo 2003. Con un plantel de promesas y algunos del Sub 20, Maxi López le marcó a Brasil en la final para un 1-0 decisivo para el once de Miguel Tojo. En los sucesivos torneos, cambiaron los ganadores y bajó la jerarquía del campeonato. Ecuador lo hizo en Río 2007, México en Guadalajara 2011 y Uruguay se adjudicó su segunda conquista en la última,esta vez en Toronto 2015, cuando derrotaba a los mexicanos con gol de Lozano.

Varias historias de un fútbol pequeño en un evento tan grande. Lima 2019 espera a su nuevo campeón.

Diego Martín Yamus.
diegoanita@hotmail.com.ar     

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