El equipo tricolor la pasó mal en su feudo ante un dignísimo Barcelona de Guayaquil que los superó por 1-0 por la otra llave semifinal de la Copa Libertadores. Como habían ganado 3-0 en Ecuador, son finalistas con Lanús.
Un Arena do Gremio repleto. Clima de fiesta. Albarabía por un lado, euforia por otro. Ese era el panorama pintado por los brasileños que habían goleado en Guayaquil y este juego, en los papeles, era un mero trámite.
Sin embargo, los ecuatorianos fueron a hacer un papel digno y a tratar de sorprender a los gaúcho, a tal punto, que Renato Portaluppi no dejó nada librado al azar y tomó sus recaudos para no les vaya a hacer la «gran Lanús».
El equipo del uruguayo Guillermo Almada fue al frente y repitió lo hecho por cuartos de final con Santos, y logró vencer el objetivo del triunfo. Jonatan Álvez, compatriota del entrenador, anotó a los 33′, silenciando el estadio.
Le faltó puntería al conjunto ecuatoriano que en caso de haber puesto el segundo gol, lo daba vuelta, pero no fue así porque la clara que tuvo no la aprovechó. De a poco el Gremio se fue cerrando y tratando de que los visitantes no vayan a aumentar y llevó la batalla para el mediocampo.
Duelo de valientes, de equipos que fueron al frente, con un triunfo justo del Barcelona, pero con una clasificación lógica del Gremio porque goleó afuera y supo cuidarla.
Jonatan Álvez, en el final, se marchó expulsado.
Gremio, que tuvo al argentino Walter Kannemann, jugará a fines de noviembre con Lanús ahí mismo, en Porto Alegre primero, y luego en La Fortaleza.
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