Todo debía ser una fiesta. Después de dos meses, la pelota volvía a rodar en Mataderos, y con un equipo comprometido con la permanencia en la Primera Nacional, las miradas iban a estar puestas en lo que pase en el campo de juego cuando Nueva Chicago recibiera a Temperley.
Sin embargo, la violencia se las robó todas una vez más en nuestro fútbol. La interna de la barra del Torito encrudeció en la previa al partido: corridas, golpes de puño y hasta cuchillazos en plena tribuna para que el miedo se adueñe de todos los hinchas
Fuente: Sólo Ascenso
Diego Martín Yamus.
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