A fuego lento el Liverpool cocinó al Porto en Oporto y los acabó destrozando por 4-1. Los de Klopp habían ganado 2-0 en Anfield. Clasificaron a las semifinales de la Champions League.
La oncena de Jürgen Klopp la hizo más que bien; 2-0 en casa, y el gol de visitante no era problemas para Liverpool, sí lo era para un Porto que caminaría sobre campo minado en el «Estadio do Dragâo» de Oporto.
Los portistas necesitaban anotar un gol, al menos, para ir soñando con igualar la serie, por qué no. Intentos hubo, pero la puntería no estaba afinada.
Iban 25 minutos de juego cuando la pelota cayó en los pies del egipcio Mohamed Salah, y ahí el Dragón comenzó a despedirse, porque la jugada terminó en gol de Sadio Mané.
En primera instancia el línea anuló la conquista por posición adelantada, pero el referí apeló al VAR y finalmente lo validó. Ese gol fue letal para los lusitanos.
El resto del partido fue pura lucha e intentos de los portistas, pero les faltó fuerza arriba y el gol no llegaba ni ahí; Liverpool, de contra, los volvía locos y tuvo una chance al finalizar la primera parte, luego les sucedió lo mismo al comenzar la complementaria.
Iban 64′ y le dieron tiempo y espacio a un veloz Mohamed Salah, éste entró al área y sacó un remate colosal para empujarla al arco del local, eso directamente los arrodilló.
Con dignidad el Porto logró descontar gracias a Éder Militâo, pero Roberto Firmino y van Dijk la mandaron a guardar y esto acabó 4-1.
@lostribuneros