El entrenador argentino Ricardo Gareca se metió en un flor de brete al aceptar la conducción del recién ascendido Palmeiras, uno de los clubes más populares de Brasil. Su equipo está en el centro del infierno porque volvió a sumar otra derrota, para peor, de local.
Los «Porcos» no paran de sumar derrotas y por más que su entrenador argentino los pare bien en la cancha, los jugadores no responden, especialmente los que se encargan de la zona defensiva.
Palmeiras tiene doble faz; arranca con todo sus juegos y parece que se va a devorar al rival pero cuando les anotan un gol, dejan de ser leones y pasan a convertirse en gallinas.
Gareca, hombre ganador, no está acostumbrado a estas cosas, y si bien la directiva del «Porco» le abona un muy buen dinero, siempre está por encima el orgullo profesional. Se le acaba el tiempo pero el hombre promete revertir la situación, sólo que tiene dificultades serias con el idioma, y ahora se le suman jugadores que, directamente, no tienen sangre caliente en sus venas.
¡Pobre Gareca!… dónde se metió.
Marcelinho Witteczeck
@lostribuneros