Fútbol olímpico, una larga novela

Este miércoles arrancará en París un nuevo capítulo de los torneos de fútbol en los Juegos Olímpicos, tanto de varones como de mujeres, con el que además dará comienzo la gran cita deportiva. Es otro libro de una larga e intrincada novela, a tono con la propia de los Juegos. En 1896 y por idea del barón francés Pierre de Coubertin se iniciaron los Juegos Olímpicos de la era moderna, siguiendo los de la Grecia antigua.

Pero el fútbol recién comenzaría realmente en 1908 en Londres, ya que había nacido como exhibición en 1900 (justamente en París) y 1904 (Saint Louis, Estados Unidos). A partir de 1908 el certamen cambió de cantidad de países y pasó por al costado del Comité Olímpico Internacional (COI), llegando incluso a rumorearse que dejaría el programa del evento.

Gran Bretaña (no Inglaterra) ganó los dos primeros torneos ante Dinamarca, y tras la interrupción por la Primera Guerra Mundial, en 1920 Bélgica fue sede y oro en Amberes. Sudamérica ni aparecía, hasta que el gran Uruguay surgió en París en 1924 y se llevó ése y el título de 1928 en Amsterdam, éste ante Argentina, iniciando una era de gloria que cerró con la conquista de la primera Copa del Mundo en 1930 en su tierra.

Luego de no figurar en el programa de Los Ángeles 32, el fútbol retornó en Berlín 36, donde la Italia campeona mundial ganó el oro arrancando un tiempo de absoluto dominio europeo, especialmente de las naciones del bloque oriental.

Tras otra Guerra Mundial, volvió en Londres 48 con Suecia de oro y allí un show del este: la Hungría de Puskas en 1952, la Unión Soviética de Lev Yashin en 1956, Yugoslavia en 1960, doblete húngaro en 1964 y 1968, Polonia en 1972, Alemania Oriental en 1976 y Checoslovaquia en Moscú 1980.

Recién en Los Ángeles 84, Francia cortó con ellos ante Brasil, que sería el mejor de Sudamérica estos años, finalista además en 1988 contra la Unión Soviética, tiempo en el que Argentina regresó con pobre trabajo después de dos participaciones en Roma 60 y Tokio 64.

Eran décadas de Guerra Fría, boicots, tragedias como la de Munich en 1972 y en cuanto al certamen, dudas con el status de los jugadores, si profesionales o con espíritu amateur, la idea de Coubertin. Finalmente, una nueva época comenzó en Barcelona 92 con el límite de edad a 23 años y el brillante oro de España. Y otra en Atlanta 96, cuando la Argentina de Passarella cayó ante la Nigeria de Kanu, en la primera edición con tres mayores de 23, y el espectro femenino vio su debut con el primer título de la potente Estados Unidos. Camerún sorprendió en Sydney 2000 con otro golpe africano ante España, hasta que reapareció Argentina para no sólo ganar un oro en Atenas 2004 tras 52 años, sino repetir de la mano de Messi en Pekín 2008.

En la tercera vez en Londres en 2012 fue México el dorado, con la vuelta del mítico Uruguay, y a continuación Brasil cumplió su sueño y fue glorioso por dos, en Río de Janeiro 16 con Neymar y en 2021 en Tokio 2020 contra España. En tanto que Estados Unidos y Canadá dominaron entre las chicas, Argentina estuvo, pero volvió a la pobreza con dos idas en la primera fase.

Un fútbol olímpico siempre desapercibido ante el atletismo o la natación sin embargo pudo escribir su historia. Esa que seguirá estos días en la capital francesa, donde rodó ese 1900 por primera vez de forma hogareña. Será un nuevo capítulo de esta otra larga novela de los gloriosos Juegos Olímpicos.