La historia del fútbol en los Juegos Olímpicos de verano, los más populares respecto de los de invierno, es tan apasionante y llena de matices como la del fútbol mismo. Como cualquier historia de la antigüedad. Desde los primeros Juegos de la era moderna en Atenas, en 1896 (dos siglos atrás), en los que no se puede determinar con exactitud pero se dice que se practicaron un par de partidos, hasta este promocionado e interesante torneo Sub 23, que la mayoría ansía ganar como cualquiera de las grandes disciplinas olímpicas. Ciento veinte años de historia, antigua y moderna, de Esmirna a Uruguay, de Gran Bretaña a Nigeria, de Estonia a Argentina. Por eso desde hoy Tribunero.com les ofrece una retrospectiva sobre esas andanzas no tan importantes, pero que a nuestros tan futboleros lectores seguro los atrapará.
En 1894 y por iniciativa del barón francés Pierre de Coubertin, que quería revivir los Juegos de la ciudad de Olimpia, se creó un Congreso en París que aprobó su idea, y así nacieron los nuevos Juegos. La primera edición fue en 1896, en Atenas, la cuna de los mismos. El fútbol, recientemente inventado, no fue parte de los 9 deportes que los conformaron. Existen informes de dos partidos, donde un combinado de Atenas perdió con la actual ciudad turca de Esmirna, y ésta fue goleada 15- 0 por un conjunto danés, pero no hay datos oficiales.
Al menos, en la segunda edición, en París 1900, sí hubo encuentros de exhibición, tal como sucede actualmente con algunos deportes. En el velódromo de Vincennes, cerca de la capital francesa, tres combinados jugaron un triangular en septiembre. El Upton Park inglés goleó 4-0 al Union des Sociétés Françaises de Sports Athlétiques (USFSA), quien a su vez batió 6-2 al Université Libre de Bruselas, un once formado por estudiantes de Bélgica. El programa original incluía a Alemania y Suiza, pero éstos no fueron y sólo quedaron los tres valientes, que no ganaron ninguna medalla.
Algo parecido fue para Saint Louis 1904, en los Estados Unidos. Encima, fueron dos clubes y una entidad educativa, que jugaron entre sí. El Galt Football Club de Canadá goleó 7-0 al Christian Brothers College estadounidense y 4-0 a los locales del Saint Rose, siendo ganador pero no recibiendo medalla, aunque más tarde el Comité Olímpico Internacional le acreditó una dorada a Canadá por los resultados. Los equipos norteamericanos disputaron luego el segundo puesto, que se llevó el Christian Brothers College en partido desempate. Dos años después, hubo otro símil de torneo olímpico en los Juegos intercalados de Atenas de 1906, donde por retiro de varios quedaron Dinamarca, un equipo de Atenas y el club de música de Salónica. Los daneses le ganaron la final 9-0 a los atenienses.
Todo muy modesto, primitivo, casi risueño. Por fin, en 1908, en Londres, la casa del fútbol, la Football Association decidió organizar el primer certamen oficial no sólo de los Olímpicos, sino (se considera) de la historia. En sólo cinco días, lo sucedido fue también grotesco. Gran Bretaña barrió 12- 1 a Suecia y Dinamarca a un tal Francia B 9-0, mientras Holanda y Francia A pasaron a semifinales por no presentación de Hungría y Bohemia, actual República Checa. Francia A jugó contra Dinamarca, que lo venció por un apretado 17- 1, en los que 10 tantos fueron de Sophus Nielsen, un récord por muchos años; mientras, los británicos derrotaban 4-0 a Holanda. Tal fue la vergüenza de los franceses que decidieron no jugar el tercer puesto, dándole lugar a los eliminados suecos, que cayeron 0-2 con los holandeses. Tras tanto lío, Gran Bretaña venció 2 a 0 a Dinamarca y se llevó la primera medalla dorada oficial.
Para Estocolmo 1912, se agregaron más países, todo fue un poquito más organizado y Gran Bretaña, el mandamás del fútbol entonces, aunque contaba con un conjunto amateur, volvió a derrotar a los daneses, mientras Holanda se colgó la medalla de bronce goleando a Finlandia. Además se hizo un torneo consuelo, donde Alemania le endosó un 16- 0 a Rusia.
La edición de 1916 se vio frustrada por el estallido de la Primera Guerra Mundial, así que recién en 1920 la pelota de fútbol volvió a picar, ahora en Amberes, Bélgica. Allí también hubo tela para cortar: en la final entre los belgas y Checoslovaquia, que los primeros iban ganando 2 a 0, sus rivales decidieron a los 39 minutos abandonar la cancha en protesta por el trabajo del árbitro inglés Lewis. Bélgica se quedó con el oro, pero la plata y el bronce estaban vacantes. Entonces se jugó un minitorneo entre los eliminados en cuartos de final y semifinales, obtenido por España que derrotó 3 a 1 a Holanda, tercero. Para destacar fue la primera presencia de una selección no europea, Egipto, que cayó ante Italia en la primera fase, y la temprana marginación de Gran Bretaña, campeón de los dos primeros torneos, por Noruega. Fueron los inicios de la historia. Primitivos, pero tan únicos como los Juegos Olímpicos.
LAS FINALES ENTRE 1908 Y 1920
Juegos Olímpicos Londres 1908, 19 al 24 de octubre de 1908
24 de octubre de 1908, Gran Bretaña 2-0 Dinamarca
Estadio: White City (Londres). ARBITRO: John Lewis (Inglaterra).
GBR: Bailey; Corbett, Smith; Hunt, Chapman, Hawkes; Berry, Woodward, Stapley, Purnell y Hardman.
DIN: Drescher; Buchwald, H. Hansen; Bohr, K. Middelboe, N. Middelboe; Nielsen Noerland, Lindgren, Nielsen, Wolfhagen y Rasmussen.
GOLES. 20´ Chapman, 46´ Woodward (GB).
Juegos Olímpicos Estocolmo 1912, 29 de junio al 4 de julio de 1912
4 de julio de 1912, Gran Bretaña 4-2 Dinamarca
Estadio: Olímpico (Estocolmo). ARBITRO: Christiaan Groothoof (Holanda).
GBR: Brebner; Burn, Knight; McWhirther, Littlewort, Dines; Berry, Woodward, Walden, Hoare y Sharpe.
DIN: S. Hansen; N. Middelboe, H. Hansen; Buchwald, Jorgensen, Berth; O. Nielsen, Thufvason, Olsen, S. Nielsen y Wolfhagen.
GOLES. 10´ Walden, 22´ y 41´ Hoare, 43´ Berry (GB), 27´ y 81´ Olsen (D).
Juegos Olímpicos Amberes 1920, 28 de agosto al 6 de septiembre de 1920
2 de septiembre de 1920 Bélgica 2-0 Checoslovaquia (x).
(x) Tras 39 minutos, el partido fue suspendido porque Checoslovaquia abandonó la cancha en protesta por el arbitraje.
Estadio: Olímpico (Amberes). ARBITRO: John Lewis (Inglaterra).
BEL: De Bie; Swartenbroeks, Verbeeck; Musch, Hanse, Fierens; Van Hage, Larnoe, Bragard, Coppée y Bastin.
CHE: Klapka; Hojer, Steiner; Kolenaty, Pesek, Seifer; Sedlacek, Janda, Vanik, Mazal y Pilat.
GOLES. 6´ Coppée penal, 30´ Larnoe (B).
En la próxima entrega, nuestros amigos uruguayos vibrarán con el recuerdo de la fulgurante aparición de la celeste en París 1924 y Amsterdam 1928. No se los pierdan, por la misma revista.
Diego Martín Yamus
diegoanita@hotmail.com.ar
@lostribuneros