MONTEVIDEO, URUGUAY – Un fantasma financiero, que dejó una estela de caos en la Premier League y el fútbol argentino, ahora amenaza con destruir a un club histórico de Uruguay. Foster Gillett, el empresario estadounidense con un notorio historial de promesas incumplidas, endeudamiento y gestiones caóticas, ha puesto en jaque a Rampla Juniors, un club que ahora enfrenta el riesgo inminente de un descenso administrativo por una deuda que, según los medios uruguayos, asciende a cerca de 90,000 dólares.
La situación de Rampla Juniors, que entregó su gerenciamiento a Gillett mediante un contrato de 30 años, parece ser el último capítulo de un modus operandi que se repite en cada institución que el empresario ha tocado. Su gestión en el club ha sido prácticamente nula, con promesas de inversión que nunca se concretaron y un vacío financiero que amenaza la supervivencia misma de la institución.
Un Historial de Caos: De Liverpool a Estudiantes de La Plata
La crisis de Rampla Juniors no es un caso aislado, sino la culminación de un patrón de comportamiento que ya afectó a otros clubes de renombre mundial. El pasado de Gillett en el fútbol está marcado por gestiones polémicas y un rastro de problemas.
El Desastre Financiero en Liverpool FC
Entre 2007 y 2010, Foster Gillett y su padre, George, fueron parte del grupo que compró el Liverpool FC. Su paso por el club inglés es recordado como un fracaso rotundo. Incumplieron la promesa de construir un nuevo estadio y, en su lugar, endeudaron al club por cientos de millones de libras, utilizando préstamos para la adquisición y cargando la deuda a la propia institución.
El equipo no ganó títulos deportivos y quedó al borde del descenso. Su salida se produjo por orden judicial, ya que se resistieron a vender el club cuando la situación financiera era insostenible, dejando al gigante inglés en una de las peores crisis de su historia.
Fraude, Estafa y Denuncias Judiciales en Argentina
En Argentina, el paso de Gillett por Estudiantes de La Plata fue aún más turbulento y derivó en un escándalo judicial. Gillett prometió una inversión de 150 millones de dólares, pero sus pagos fueron parciales, inexistentes o irregulares.
- Operaciones truncas: Dejó deudas millonarias con clubes como River Plate y Vélez Sarsfield, que tenían acuerdos de transferencia por Rodrigo Villagra y Valentín Gómez, respectivamente. Los jugadores quedaron en un limbo contractual, con sus clubes sufriendo un grave perjuicio económico.
- Transacción irregular: El único pago completo, por la cláusula de rescisión de Cristian Medina de Boca Juniors, fue de 15 millones de dólares, pero se hizo desde una cuenta personal de Gillett, una maniobra que violó las normativas de la FIFA, obligando a Boca a devolver el dinero y postergar la operación.
Las investigaciones del fiscal federal argentino Guillermo Marijuán apuntan a un presunto esquema de fraude y lavado de dinero a través de la compraventa de jugadores. River Plate incluso denunció formalmente a Gillett por “graves perjuicios al patrimonio del club”.
La Misma Historia, el Mismo Final
La historia de Foster Gillett es la de un modus operandi que se repite. En todos los clubes en los que ha participado, ha dejado una estela de vaciamiento, endeudamiento y promesas incumplidas. La confianza que en algún momento generó en directivos de la talla de Juan Sebastián Verón en Estudiantes, o en los hinchas de Liverpool, hoy es pura desconfianza.
Ahora, mientras la Justicia argentina lo investiga, los hinchas de Rampla Juniors temen que la historia de su club termine con el mismo desenlace fatal que ha dejado en su camino: un legado de deudas, decepciones y el riesgo de ver a un histórico club desaparecer por la mala gestión de un empresario que se desentiende de sus compromisos.