Manchester City se llevó el clásico local con un contundente 3-0 ante un Manchester United en caída libre. Phil Foden y Erling Haaland, los verdugos de siempre, lideraron el festival de goles y confirmaron la hegemonía celeste en la ciudad.
El partido: de la emoción al show de goles
El ambiente en el Etihad Stadium era de piel de gallina. Antes del pitido inicial, todo el estadio se unió en un emotivo minuto de silencio para homenajear a Ricky Hatton, el legendario boxeador y un ferviente hincha del City que falleció recientemente. Un momento que marcó la noche y que Foden, el chico de la casa, supo capitalizar. Apenas 18 minutos después, el joven inglés se elevó para conectar de cabeza un centro perfecto de Doku, abriendo el marcador y dedicando el gol al ex campeón con una mirada al cielo.
A partir de ahí, el derbi, que había comenzado con un ritmo inusualmente bajo (apenas 5 remates en el primer tiempo, el mínimo en un clásico desde 2015), se encendió. Y la dupla letal, Doku y Haaland, se encargó de poner la marcha.
El segundo tiempo fue un monólogo. Doku volvió a vestirse de asistente para que Haaland pusiera el 2-0. Y por si fuera poco, el Androide noruego, siempre con la red entre ceja y ceja, firmó su doblete tras una pérdida de Maguire para cerrar el marcador en 3-0. Haaland estuvo a punto de sellar su hat-trick, pero el poste le negó la fiesta completa. En el otro arco, el portero debutante del City, Donnarumma, tuvo una atajada clave ante Bryan Mbeumo que mantuvo su valla invicta y evitó cualquier susto.
La polémica en las tribunas
Mientras el City dominaba en la cancha, en las redes sociales la polémica explotaba. Se viralizó la imagen de un empleado de un bar del estadio trabajando con la camiseta del United debajo de su uniforme. El club actuó de inmediato, removiendo a la persona de su puesto. Un hecho que encendió el debate y mostró la rivalidad que va más allá del césped.
La voz de los protagonistas
Tras el partido, los técnicos y jugadores no se guardaron nada. Pep Guardiola se mostró satisfecho con el resultado, pero fiel a su estilo perfeccionista, aseguró: “Queremos llegar a febrero/marzo en la pelea por el título… hay cosas por mejorar, pero victorias así ayudan”. Del otro lado, Bruno Fernandes reconoció que «los goles fueron evitables», mientras que el técnico del United, Rúben Amorim, se mantuvo desafiante, asegurando que seguirá con su idea pese al mal arranque de temporada de su equipo. Un arranque que, con apenas 4 puntos en 4 fechas, es el peor del club desde la temporada 1992/93.
Lo que viene para cada uno
Con la victoria, el Manchester City corta una racha negativa y sube en la tabla, mientras que el panorama para el United es sombrío. El equipo de Amorim se hunde en la posición 14 y su récord de 14 puntos en 16 partidos fuera de casa es la peor marca de un «equipo siempre presente» en la Premier League desde la llegada del técnico.
El derbi de Manchester dejó en claro que la ciudad tiene un dueño. Y tiene nombre y apellido: Foden y Haaland.