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El fútbol brasileño vivió una jornada de alta tensión en la Fecha 33 del Brasileirao. En el mítico Estadio Jornalista Mário Filho (Maracaná), Flamengo se impuso por 3-2 sobre un aguerrido Santos, propinándole una derrota que deja al Peixe en una situación crítica en su lucha por evitar el descenso.
⚔️ Un Partido de Extremos
El encuentro, arbitrado por Sávio Pereira Sampaio, fue un choque de estilos y necesidades:
- Dominio Xeneize: Flamengo, con un formato 4-2-3-1, ejerció un claro control territorial, reflejado en un 66% de posesión del balón. Sus figuras, como el capitán Arrascaeta (anotador de un gol), Carrascal y Ayrton, manejaron los hilos del mediocampo.
- Ataque Sostenido del Peixe: Pese a tener solo el 34% de posesión, Santos (formato 4-3-3) demostró intención ofensiva, registrando 17 remates totales (contra 14 de Flamengo), aunque con la misma efectividad al arco (4 remates para ambos). La presencia de su capitán, Neymar, fue un foco de atención, aunque el resultado final no les fue favorable.
📉 El Santos, en las Cuerdas
La derrota tiene un impacto directo en la tabla:
| Pos. | Equipo | Puntos (PTS) | Partidos Jugados | Diferencia de Gol |
| 2 | Flamengo | 68 | 32 | +44 |
| 17 | Santos | 33 | 32 | -15 |
El Santos se mantiene en la posición 17 con solo 33 puntos, metido de lleno en la zona baja. El equipo, que regresó recientemente a la Serie A, está peleando desesperadamente por la permanencia.
🚨 La Crisis del Peixe
El rendimiento del Santos muestra señales de alarma:
- Poder Ofensivo Limitado: El equipo posee uno de los peores ataques del torneo, con solo 25 goles anotados, siendo el cuarto peor equipo finalizando jugadas. Necesitan urgentemente mejorar su efectividad frente al arco.
- Irregularidad: En sus últimos 10 partidos, el equipo ha alternado resultados, lo que refleja una preocupante dificultad para ganar de forma consistente.
Curiosamente, el Santos muestra un desempeño «sorprendentemente mejor» contra los equipos del G6 (los seis primeros), con un 38.9% de aprovechamiento, sugiriendo que tienen la capacidad de competir en partidos de alta exigencia, una luz de esperanza en medio de la crisis.
El Peixe necesita sumar urgentemente en las jornadas que quedan si quiere asegurar su permanencia en la máxima categoría del fútbol brasileño.
