Flamengo la pecheó contra ocho del Fluminense; Palmeiras agradecido

El Flamengo, ese gigante que se creía dueño del Brasileirão, llegó al Maracanã el 19 de noviembre de 2025 pensando que el clásico era un mero trámite, una alfombra roja para cortar distancia y gritar «¡Campeones!» antes de tiempo. Querían los 74 puntos, el colchón de seguridad… y el Fluminense, con tres expulsados en el campo, ¡les dijo que NO!

Dato Innegable La Cruda Realidad Ácida
Flamengo (71 puntos) perdió el clásico contra Fluminense (2-1). Perdieron el boleto para cortarse solos y ahora el Palmeiras les respira en la nuca, a solo dos tristes puntos. ¿Miedo? Debería.
Fluminense terminó el partido con OCHO JUGADORES. El Flamengo, con once hombres (¡y luego diez!), fue humillado por un equipo que jugaba al fútbol-sala por reglamento. Debería darles vergüenza.
El gol de la victoria tricolor vino por un blooper de Agustín Rossi. El arquero que debía ser el muro se convirtió en un amigo silencioso del rival, regalando el 2-0. Gracias, Rossi, por la contribución a la épica rival.
El descuento de penal de Jorginho (minuto 84) fue para maquillar. Tuvieron más de 10 minutos contra 8 jugadores… ¡y lo único que pudieron meter fue un penal dudoso! Les faltó hambre, piernas, y lo más importante: ideas.

«Un equipo con aspiraciones serias de campeón no pierde un clásico. Un equipo en modo ‘campeón’ no pierde un clásico ante un rival que terminó con menos gente que un entrenamiento de suplentes. Esto no es solo una derrota, es una advertencia: el Palmeiras está al acecho y la botella de champagne tendrá que esperar.»

El Maracanã vio cómo la jerarquía, la billetera y la ilusión se desvanecían ante el empuje, la garra y, seamos honestos, la suerte del Fluminense.

Pregunta obligada: ¿De qué sirve tener un plantel galáctico si no pueden ganarle a una banda de ocho? ¿Es este el equipo que quiere ser campeón o el que le pondrá el título en bandeja a su rival paulista?