El conjunto atleticano, dirigido por el argentino Gabriel Milito, derrotó con autoridad a River Plate en la ida, dejando al club argentino con la titánica misión de remontar al menos cuatro goles para ser finalista, o ganar por tres para llevar la serie a penales. Pero Milito no se confía: el técnico decidió rotar jugadores en la liga doméstica para llegar con su mejor versión a la revancha en el Monumental de este martes.
El riesgo de este enfoque quedó en evidencia al caer 3-1 ante Internacional en Belo Horizonte, sacrificando puntos importantes en la liga. Sin embargo, la apuesta de Milito está clara: toda la energía debe estar concentrada en la Libertadores.
Botafogo acaricia el doblete: Libertadores y Brasileirão
Por su parte, Botafogo aplastó a Peñarol con un categórico 5-0 en casa, lo que obliga al conjunto uruguayo a lograr una hazaña histórica para revertir la serie en Montevideo. A pesar de la ventaja abrumadora en el certamen continental, el foco del «Fogo» no se desvía del Brasileirão.
El equipo carioca logró un triunfo agónico ante Bragantino, con un gol sobre la hora de Gregore, consolidándose en la cima del torneo con 64 puntos. La alegría fue mayor al saber que su escolta, Palmeiras, empató 2-2 en casa contra el sorprendente Fortaleza de Juan Pablo Vojvoda, lo que amplía la diferencia a cuatro puntos.
El camino a la final: ¿Una definición al ritmo del samba?
Todo parece indicar que la final de la Copa Libertadores, programada en Buenos Aires, podría ser un duelo entre equipos brasileños. Atlético Mineiro y Botafogo avanzan con paso firme, llevando consigo la promesa de que la capital argentina se vestirá de blanco y negro, los colores distintivos de ambos clubes.
Con un Botafogo enfocado en su sueño de ganar tanto la Libertadores como el Brasileirão y un Atlético Mineiro que sabe que no puede bajar la guardia en su visita al Monumental, la competición se perfila como un cierre apasionante que podría estar dominado por la samba y la música caipira.