Durante años, los equipos brasileños encarnaron la esencia del fútbol sudamericano y fueron protagonistas indiscutibles en el escenario mundial. Sin embargo, recientes derrotas en el Mundial de Clubes ante clubes europeos de élite han planteado interrogantes sobre el cambio de dinámica en este torneo.
En un pasado no tan lejano, nombres como Fluminense, Flamengo, Palmeiras y Santos resonaban como gigantes indomables. Pero hoy, estos equipos emblemáticos han sufrido duros golpes ante la supremacía europea, marcando un quiebre en la tradicional fortaleza del fútbol brasileño en este torneo internacional.
La dolorosa derrota por 4-0 del Fluminense ante el Manchester City se convirtió en un recordatorio sombrío, igualando la marca impuesta por el Barcelona en 2011 al vencer 4-0 al Santos de Neymar. Este resultado emblemático refleja la distancia que se ha ampliado entre los equipos brasileños y los poderosos europeos.
Fluminense, debutante en este sistema tras asegurar su primera Copa Libertadores, contrasta con la experiencia del Flamengo, quien ya había participado en el pasado. Sin embargo, en la última edición de 2022, el Flamengo no logró llegar a la final, sucumbiendo en las semifinales ante un equipo saudí.
Los años iniciales del Mundial de Clubes vieron a equipos brasileños alzarse con los títulos inaugurales, como Sao Paulo en 2005 y el Internacional en 2006. Sin embargo, desde la victoria del Milan en 2007, los clubes europeos han ejercido una supremacía inquebrantable.
La UEFA ha dominado con autoridad este torneo, acumulando un total de 16 trofeos, contrastando con los modestos 4 títulos que ha conseguido la Conmebol, incluyendo el Mundial de Clubes experimental de 2000.
El Manchester City, reciente campeón de la UEFA Champions League, marca un nuevo capítulo en esta narrativa, evidenciando un panorama donde los equipos europeos han consolidado su reinado en el fútbol de élite.