Es impresionante la euforia del público argentino. La afición sufrió con un partido que estaba ganado en hasta el minuto 80, pero Kyliam Mbappé se encargaba de frustrar todo al ponerlo 2-2 en apenas dos minutos. Luego el equipo se puso 3-2 en la prórroga pero Mbappé de nuevo, faltando dos minutos, para el final puso el 3-3. En los penales El Dibu Martínez se lució al achicar el arco y desde los penales Argentina se consagró por tercera vez en su historia.
Millones de personas salieron eufóricas por cada punto de la vasta Argentina, siendo el Obelisco porteño el principal punto de concentración para conmemorar la gesta.
Las principales arterias están colapsadas de hinchas que se salen de la vaina de tanta alegría que los debordó. Público de todas las edades, condiciones sociales, religión, grupo étnico, se unieron en un grito en común: «Argentina campeón del Mundo».