Por Migue López
Marcos tiene apenas 22 años, es tímido pero tiene esa frescura que caracteriza a los brasileños. Está muy lejos de ser un «pudiente», sino que se trata de un trabajador que debió juntar real por real, para poder cumplir un sueño que lleva desde niño: ver un partido de Huracán en el ‘Palacio Tomás Ducó’.
Luego de más de 2.200 kilómetros y un par de días de viaje en micro desde la capital de la ciudad más importante de Brasil como lo es San Pablo, este joven brasileño, que sorprendió por defenderse bastante bien con el idioma español, por fin pudo cumplir ese sueño de pibe, y vino expresamente a ver al Globo.
Al saberse la noticia de la pasión de este joven, la afición quemera se acercó para agasajarlo y brindarle la oportunidad de que pueda acceder al «Palacio» para ver el encuentro con Estudiantes, por la jornada 23 de la Superliga.
«Yo conocí a Huracán en 2009, el equipazo de Cappa», argumentó el quemero paulistano.
Cuenta que le gustó el nombre y que eso le llevó a interiorizarse más y más hasta que el amor llegó. «Estoy enamorado de este club, de la historia, la hinchada, el barrio, la gente», confesó Marcos Campos.
«Hace mucho tiempo que estoy por conocer Parque Patricios, no podía cancelar esto porque si lo hacía, no venía más», reconoció.
Respecto a las sensaciones previas al encuentro deseó que Huracán haga un «buen partido» para poder irse de Parque Patricios «con una victoria y celebrarla junto a la hinchada».
«Estoy emocionado», dijo y contó que esto lo está viviendo como un sueño. «Es algo único».
@lostribuneros