Es muy complejo de entender la eliminación una vez más de Malí de la Copa del Mundo. El país del oeste africano volvió a sucumbir ante el poderío de rivales no tan superiores, pero nuevamente brillará por su ausencia en la cita donde las nueve plazas para el continente le daban su primera gran chance.
Los malienses son, lo hemos visto, gran fuerza en el fútbol juvenil y el continental. Desde que, en 1960, cuando se independizaron de Francia, empezaron a competir, lograron un segundo puesto en 1972 en la Copa Africana de Naciones, donde también sumaron dos terceros y dos cuartos, aparte de dos subcampeonatos en el CHAN (el torneo de selecciones ligueras). Y entre los chicos han registrado aquel podio Sub 20 en Nigeria 99 de la mano de Seydou Keita, a la postre destacado del Barcelona, mismo resultado que tuvieron en Nueva Zelanda 2015. Similar fue el panorama en los Sub 17, con una final ante Nigeria en 2015, un cuarto lugar en 2017 y un tercero en Indonesia 2023 goleando a Argentina. Además de Keita, Malí ha dado al fútbol brillantes como Fréderic Kanouté, Mahamadou Diarra o Modibo Maiga. Sin embargo, ni siquiera con nueve lugares pudieron quebrar su racha negativa rumbo a un Mundial, donde nunca estuvieron ni cerca del pase. En este Grupo I que se llevó su gran rival Ghana, las Águilas cayeron en sus dos partidos con aquéllos y no supieron batir al frágil República Centroafricana que les empató dos veces. De nada sirvió el 4-1 final sobre Madagascar, que les ganó el segundo puesto que al menos les regalaba el repechaje para el torneo intercontinental. Es así que como no pudimos ver a esas figuras de antaño, tampoco veremos a Bissouma, El Bilal Touré o Diakaté entre otros.
Malí es un importante del importante fútbol africano. Pero otra vez su nombre no estará grabado a fuego mundialista. Ni con 48 participantes.
Diego Martín Yamus.
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