El uruguayo no se mosqueó y forma parte de la hazaña

Penal cobrado gracias a la ayuda del VAR. Posibilidad y responsabilidad de definir la pena que cambiaría el rumbo del juego; Lanús perdía 2-0 y debía ganar 4-2 para pasar a la final de la Copa Libertadores, justamente, estaban 3-2 cuando el colombiano Wilmar Roldán marcó la pena máxima. Todos miraban al Pepe Sand, sin embargo, el botija, hombre de 28 años de edad, nacido futbolísticamente en Fénix, pidió la pelota y le pegó con frialdad metiendo a su equipo en una final inédita.

@lostribuneros

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